sábado, 28 de noviembre de 2015

El dinero es sólo metal y papel sin valor intrínseco, filosofía del dinero


A continuación presento la versión en español del ensayo intitulado Money is only metal and paper without intrinsic value, philosophy of money,  publicado originalmente el 26 de junio del 2011, para atender así a quienes gentilmente me han sugerido hacerlo. 
Índice
  1. Presentación
  2. El valor del dinero
  3. Economía y dinero
  4. El oro y la plata tienen una utilidad limitada
  5. Capitalismo Financiero
  6. El agua y los alimentos serán los productos más valorados
  7. Cambios en la economía monetaria
  8. La crisis financiera en las naciones en desarrollo
  9. Un país puede imprimir la cantidad de dinero que necesita
  10. La cantidad de dinero no determina la inflación
  11. La crisis financiera en los países desarrollados
  12. Origen de la supremacía económica de Estados Unidos
  13. Los Estados Unidos no tienen límites para la emisión de dólares
  14. Europa y el euro
  15. Ideas Monetarias de los grandes pensadores: Smith, Ricardo y Marx
  16. 16.  Conclusiones
  1. Presentación
En el futuro, los recursos naturales y no el dinero, serán el instrumento más importante de valor. El agua, por ejemplo, tendrá un valor monetario impensable para nosotros en estos momentos.
La mayoría de la población mundial todavía no tiene conocimiento de la situación crítica de los recursos naturales y sus consecuencias a mediano y largo plazo. La razón, tal vez, se debe a que los efectos aún no son lo suficientemente perceptibles en los países desarrollados y, por tanto, los medios de comunicación no dan la debida importancia al tema. Ciertamente, la percepción de la realidad del mundo es completamente diferente desde Nueva York, Londres o París, que la percepción desde los países en desarrollo, donde la gente lucha cotidianamente por los recursos: la falta o escasez de agua, alimentos, energía, otros bienes y servicios esenciales.
  1. El valor del dinero
Las monedas y billetes que circulan en el mundo no tienen un valor intrínseco. Son simplemente trozos de metal /o papel sin valor propio. El único valor real del dinero es la confianza que la gente deposita en él como medio de intercambio.
Al comienzo de los tiempos, el hombre empleaba el trueque para sus actividades comerciales, pero el sistema no podía sobrevivir debido al aumento y la complejidad del volumen de transacciones. Intercambiar bienes por otros bienes era una tarea muy complicada porque el valor no se podía fraccionar.  La solución que encontraron los seres humanos entonces fue emplear pedazos de metal como representación de valor, pero este sistema tampoco fue efectivo y el hombre inventó la moneda de metal. Esta, sin embargo, era fácil de falsificar por lo que se asignó a los reyes el privilegio de su emisión (acuñación) para garantizar legalmente su valor y calidad para evitar el fraude.
Durante la mayor parte de la historia la emisión de dinero estuvo reservada a los monarcas, pero luego aparecieron los bancos privados que comenzaron a compartir con los reyes y gobiernos la facultad de emitir dinero. David Ricardo, en su libro Principios de Economía Política y Tributación, (1817), Capítulo XXVII, de la  Moneda y Bancos dice que:
“Desde que se fundaron los bancos, el Estado no tiene la potestad exclusiva de acuñar o emitir moneda. La circulación puede ser aumentada tanto por el papel como por las acuñaciones, de tal manera que si un Estado fuera a debasar su moneda y limitara su cantidad, no podría sostener su valor porque los bancos tendrían una potestad igual de aumentar el volumen total de circulación.”
“De estos principios se desprende que no es necesario que el papel moneda sea pagadero en especie para asegurar su valor; todo lo que se necesita es que su cantidad sea regulada de acuerdo con el valor del metal adoptado como patrón.” Fin de la citas.
  1. Economía y dinero
En el tiempo, las monedas fueron evolucionando; primero fueron de hierro, luego de cobre, plata y oro. Más tarde apareció el papel moneda respaldado en las reservas de oro.
En la época del Imperio Romano el cobre fue el metal empleado como dinero; en la Edad Media, en el período feudal también. La situación comenzó a cambiar en la Edad Moderna, después del descubrimiento de América en 1492, debido a que los invasores europeos arrasaron las reservas de oro y plata del continente americano y llevaron esa fabulosa riqueza a Europa.
El descubrimiento de América provocó la Revolución Comercial del siglo XVI, que ejercería una influencia importante en la situación monetaria de Europa. La nueva riqueza en plata y oro llevada de América a Europa cambió los patrones y costumbres económicas. Ambos metales comenzaron a tener preeminencia consolidando su importancia como instrumentos de valor y cambio.
Entre los siglos XVI y XVII una nueva concepción político-económica apareció en Europa, el Mercantilismo, filosofía que consideraba que la posesión de metales preciosos y, específicamente el oro, era la base de la riqueza de las naciones. El Mercantilismo propugnaba, además, dos ideas básicas: a) La participación del Estado en la economía para garantizar el progreso de los países y b) El superávit de la balanza  comercial para obtener la mayor ventaja económica.
Tres filósofos, entre otros, tuvieron una importante participación en ese tiempo: Thomas Gresham (1519-1579), Thomas Mun (1571-1641) y William Petty (1623-1687). Gresham es recordado por  asegurar que la gente atesora las monedas de mayor valor, como las de oro, para fundirlas y conservarlas en barras y por esa razón quedan en circulación las monedas de menor valor; es idea fue bautizada como la Ley de Gresham. Cabe destacar, sin embargo, que el concepto atribuido a Gresham había sido expresado muchos años antes, en la Edad Media, por el padre de la economía monetaria, Nicolás de Oresme (1320-1382).
 El siglo XVII y parte del siglo XVIII fue un período de transición, en el que se destacan los nombres de grandes filósofos como John Locke (1623-1704), David Hume (1711- 1776) y Jeremy Bentham (1748-1832).
A mediados del siglo XVIII apareció otra nueva tendencia filosófica en Europa: la Fisiocracia, idea opuesta al Mercantilismo dominante hasta entonces.  Los fisiócratas pensaban que la tierra y sus recursos, especialmente la agricultura, eran la base de  la riqueza de las naciones. Creían, además, que la principal función del Estado era garantizar la propiedad y el orden natural de la sociedad. El filósofo y médico francés Francoise Quesnay (1694-1774) fue la figura más importante de esta tendencia. Quesnay escribió el Tableau Economique en el año 1758, libro en el que por primera vez se desarrolló un análisis completo de las interrelaciones económicas, base de lo que se conoce hoy como econometría moderna.
En el siglo XVIII aparece la Economía Clásica, cuya figura más relevante es Adam Smith, (1723-1790), quien  publicó su más importante obra Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones en el año 1776. Los otros grandes miembros de la Escuela Clásica son Thomas Malthus (1766-1834), Jean B. Say (1767-1832) y David Ricardo (1772-1823).
En su libro, Adam Smith critica la influencia del Estado en la economía y concede especial importancia a la nueva forma de producción que ya había comenzado a surgir en Europa: la industria. La concepción liberal de Smith es la antítesis del mercantilismo en lo referente al papel del Estado en la economía y se opone también a las ideas fisiócratas respecto a la agricultura como causa principal de la riqueza de las naciones. Smith cree que el Estado debe limitar su actuación en lo económico y concentrarse en las actividades de servicio público como la educación, la salud y la seguridad. Tenía una visión ética de la vida y pese a estar en contra del intervencionismo del Estado, estaba consciente de las tendencias especulativas de los comerciantes.
Hay que subrayar que las diferentes tendencias de pensamiento, los mercantilistas, los fisiócratas y  los economistas clásicos coincidían en un aspecto: reconocieron al oro como fuente de valor y base del sistema monetario. Más tarde, Karl Marx, (1818-1883), el principal crítico del capitalismo, reconocería también al oro como el instrumento de representación del valor y el respaldo principal del dinero.
En la historia monetaria hay otras fechas emblemáticas. Por ejemplo, el Banco de Inglaterra, considerado el primer banco del mundo, fue fundado en el año 1694 como una organización privada. Debieron pasar 252 años para que el Banco fuera nacionalizado; en efecto, ello ocurrió en el año 1946 y desde entonces asumió el monopolio de la emisión de billetes. El Banco de Japón fue fundado en 1871 y reorganizado sucesivamente en varias etapas, entre ellas, en el año 1942, en la postguerra y luego en las décadas de los setenta y noventa. La Reserva Federal de los Estados Unidos, el Banco Central, fue creado por el Congreso el 23 de diciembre de 1913 y desde entonces tiene la autoridad legal para emitir moneda de curso legal.
En el siglo XX se estableció la mayoría de los bancos centrales. El banco central más recientemente creado en el mundo es el Banco Central Europeo, que administra la política monetaria de los 17 países de la zona Euro. El Banco abrió sus puertas en el año 1988 y su sede se encuentra en Frankfurt.
Es necesario subrayar que hasta las primeras décadas del siglo XX, la emisión de dinero fue hecha por los bancos privados con el apoyo público pero fue a partir de la segunda década del siglo XX, cuando los gobiernos del mundo atribuyeron a los bancos centrales la potestad  exclusiva para emitir dinero. Las monedas dejaron de ser de oro y la plata y el papel moneda comenzó a ser el único instrumento legal del cambio pero ya sin soporte en oro. Este hecho pone en evidencia la realidad del presente: que el dinero y los bonos públicos y privados existentes actualmente en el mundo son simples papeles emitidos por los gobiernos y los particulares, instrumentos fiduciarios cuyo único valor es su aceptación y la confianza que tienen en ellos quienes los reciben como medio de cambio. Muy pocos bonos públicos o privados están respaldados por riqueza tangible, por bienes reales que puedan  ser reclamados como pago. En el mundo moderno se recuerda sólo un caso, el de la moneda emitida por Francia después de la Revolución, moneda conocida como los Abonados, que fueron respaldados por los bienes expropiados a la Corona y a la Iglesia, pero la moneda no tuvo éxito, precisamente, porque los poseedores de ella no podían reclamar en forma material su valor, ya que era un valor teórico no ejecutable en la realidad.
El valor del dinero, pues, es el valor de la confianza que tienen en él quienes lo usan. Usted puede cambiar un trozo de pan o cualquier cosa material por cualquier otra cosa, pero no se puede cambiar un billete o una moneda por otra cosa si esa moneda no da confianza a quien la recibe en su capacidad de intercambio, en su valor. Por ejemplo, el dólar estadounidense y ahora el euro son las monedas aceptadas para realizar las transacciones internacionales. Si usted desea pagar con la moneda nacional de otro país, es muy probable que esta no sea aceptada.
  1.  El oro y la plata tienen una utilidad limitada
A través del tiempo los seres humanos han tenido al oro y a la plata como instrumentos de reserva de valor. No es que ambos metales tengan una utilidad intrínseca múltiple como si la tienen otros recursos naturales como el petróleo, del que se pueden obtener decenas de productos, sino que por su ductibilidad y escasez ambos metales han sido el medio escogido por los seres humanos para representar valor. El oro y la plata han tenido siempre una utilidad material restringida; su uso industrial, por ejemplo, ha sido esencialmente en joyería. El uso principal del oro y la plata ha sido en el campo de la moneda y como reserva de valor, esto, por supuesto, ha sido la causa principal de su importancia económica. Los países establecieron al oro, al Patrón oro, como el metal de respaldo de sus monedas. Pero tiempo después, el Patrón Oro fue desechado, primero por Inglaterra en los años 20 y luego por Estados Unidos en el año 1971. Hoy en día las monedas de las naciones siguen respaldadas en oro, sólo que en una proporción relativamente importante. El valor del oro y la plata ha sido, pues, un invento del hombre; ambos metales no tienen una utilidad múltiple y amplia como si la tienen otros recursos naturales. En contraste, podemos decir que el oxígeno, el agua y los alimentos son la verdadera riqueza porque se puede vivir sin el oro y plata, pero no se puede vivir sin oxígeno, agua y alimentos. Hoy no se aprecia el valor de esos recursos ya que hasta ahora ha habido relativa abundancia de ellos. Pero la situación del mundo ya está cambiando y muchas personas en muchas regiones del mundo están verificando que estos recursos han comenzado a escasear. Así que, a mediano y largo plazo, el verdadero instrumento de valor, el verdadero instrumento de intercambio internacional serán principalmente los recursos naturales. Este hecho implicará una nueva forma de poder y de relaciones económicas donde las naciones en desarrollo,  poseedoras de  grandes reservas de recursos naturales, jugarán un nuevo papel en el escenario internacional. No quiero decir que el dinero va a desaparecer o va a disminuir su influencia, no,  no estoy diciendo eso. Lo que quiero decir es que el mundo  reconocerá que la verdadera riqueza está representada por los recursos naturales. El dinero existirá siempre y jugará el rol estelar porque en dinero se medirá siempre el valor de las cosas y, por supuesto, el valor de los recursos naturales escasos.
  1. Capitalismo Financiero
Hasta ahora, el dinero ha dominado el mundo. Usted puede comprar cualquier cosa con dinero. El capitalismo financiero ha decidido la vida del mundo. Pero, si la escasez de recursos naturales adquiere una nueva y más intensa dimensión, la influencia del capitalismo financiero sería distinta y los propietarios de los recursos naturales tendrían tendrían una nueva y decisiva importancia.
El poder de los dueños de los recursos naturales se demostró en los años 1974 y 1975, durante el embargo petrolero árabe. En esos años, las naciones árabes decidieron no darle una gota más de petróleo a los países occidentales y en especial a los Estados Unidos, en represalia por su apoyo a Israel durante la Guerra de los Seis Días en el Medio Oriente. El embargo causó una catástrofe para la economía mundial. Recuerdo la imagen de un ciudadano en Inglaterra leyendo un libro con la luz de una linterna porque no había suficiente energía eléctrica.
En ese momento el capitalismo financiero no pudo hacer nada para cambiar la situación de la escasez de petróleo y ello demostró que su poder era relativo, que el poder del mundo está realmente en manos de los políticos, porque fue una decisión política de las naciones árabes lo que provocó la crisis. El ejemplo comentado en el párrafo anterior revela, además, que el verdadero poder no es el dinero, sino los recursos naturales.
Sin embargo, hay que reconocer que el capitalismo financiero obtuvo una gran ventaja de la crisis del petróleo de los años 1974 y 1975, debido a que la nueva riqueza financiera recibida por los productores de petróleo fue a parar en los bancos occidentales y estos, a su vez,  prestaron ese dinero a las naciones en desarrollo. La explicación es la siguiente: Como consecuencia del aumento del precio del petróleo que, a su vez, provocó el incremento de los precios de la mayoría de bienes y servicios, a muchos países en desarrollo no les quedó otra opción sino solicitar préstamos a los organismos internacionales y al sector financiero privado. Ese fue el principal origen de la  pesada deuda externa de los países en desarrollo.
  1.  El agua y los alimentos serán los productos más valorados
Los signos de la escasez de agua y la contaminación ya son visibles en muchas regiones del planeta. Esto afecta las posibilidades de producción de alimentos. Documentos oficiales de la Organización para la Agricultura y la Alimentación, FAO, reconocen la vulnerabilidad de la producción.
El 7 de junio de 2011, el columnista del New York Times, Thomas L. Friedman, en un artículo intitulado La Tierra está saturada, aseguró que Sana, la capital de Yemen, podría ser la primera gran ciudad en el mundo que se quede sin agua dentro de un década y dijo, además, que "eso es lo que sucede cuando una generación vive al 150% de la capacidad sostenible."
China y otros países de Asia están amenazados por la intensificación de la escasez de agua. Si, a mediano plazo China reduce su producción de cereales, la situación alimentaria del mundo va a ser muy difícil, porque este hecho dispararía los precios de los alimentos. Ya la situación es difícil porque en los últimos años los precios de los alimentos han alcanzado un alto nivel. El Programa Mundial de Alimentos, WFP, ha advertido que "El aumento de los precios de los alimentos ha empujado a 44 millones de personas a la pobreza extrema y el hambre desde junio de 2010." www.wfp.org
El índice de precios de la Organización para la Agricultura y la Alimentación,  FAO, ha confirmado la apreciación del Programa Mundial de Alimentos.
  1. Cambios en la economía monetaria
El siglo XXI será un momento de grandes cambios desde el punto de vista económico. En la economía monetaria la transformación será intensa, debido a que las naciones comprenderán que el actual sistema de pago de intereses es insostenible en la nueva realidad del mundo. Ese sistema no permite pagar la totalidad de la deuda que por esa misma razón se convierte en deuda eterna. El dinero no puede producir dinero. Esa es una perversión del sistema y ​​una de las principales causas de la pobreza en el mundo. La riqueza no debe ser el dinero; la fuente principal de la riqueza son los recursos naturales y los bienes y servicios creados por el trabajo mediante la transformación de los recursos.
  1. La crisis financiera en las naciones en desarrollo
Con la excepción de los países de Europa Occidental, que adoptó el euro como moneda común, la mayoría de los países del mundo tienen la capacidad de emitir dinero.
La emisión de dinero es un acto de soberanía de las naciones. Estas pueden financiar sus necesidades internas con recursos financieros propios, es decir, con sus monedas nacionales. Sin embargo, es necesario destacar que el sistema monetario internacional ha establecido normas para la emisión de las monedas nacionales. La más importante es el respaldo de las monedas nacionales en dólares estadounidenses y oro. Pero estas normas son utilizadas en una forma flexible por parte de las autoridades monetarias de los países, que emiten más o menos dinero de acuerdo a las necesidades de sus economías. En algunas naciones de América Latina hay economistas que hablan de dinero inorgánico, lo cual es absurdo, porque ello supone entonces que existe su opuesto, es decir, el dinero orgánico y ello  racional ni lógicamente es posible debido a que el dinero existe básicamente en tres formas: a) como registros contables, b) como metal y c) como papel. En consecuencia, no puede existir dinero orgánico, porque lo orgánico  es lo relativo a los seres vivos y ni los registros contables, ni los metales ni el papel son seres vivos. Los economistas que hablan de dinero inorgánico no explican, pues, debidamente el  concepto. Podríamos suponer que ellos consideran inorgánico el dinero no suficientemente respaldado en reservas de oro y/o dólares. Pero los economistas que así piensan se equivocan, porque en la realidad el sustento de las monedas nacionales en oro y/o dólares es también una ilusión. La relación masa monetaria/reservas internacionales de los países casi siempre deja mucho que desear, ya que buena parte de la moneda circulante tiene un respaldo relativamente importante.  Ese apoyo generalmente es mínimo y la tasa de cambio en la mayoría de los casos no refleja la relación antes citada.
Lo que cuenta verdaderamente para las naciones es su nivel de reservas en dólares y oro porque los gobiernos pueden emitir su moneda nacional pero no pueden emitir dólares ni fabricar oro. Lo otro que cuenta es la posesión o la capacidad de producción de bienes tangibles de valor y alta demanda internacional.  El nivel de reservas y la capacidad de generar medios de pago internacionales (dólares) es lo que determina la capacidad internacional de pago de los países. La falta o escasez de medios de pagos internacionales,  dólares y ahora euros, es la gran limitación de las naciones en desarrollo.
Lo mismo para un gobierno que para un empresario privado, la forma de obtener medios internacionales de pago (dólares) es a través de la exportación. Pero cuando la capacidad de exportación no es suficiente para la obtención de medios internacionales de  pagos, a las naciones no le queda otra opción sino solicitar préstamos al Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, a otras instituciones financieras regionales o la banca privada. Así, por ejemplo, ha surgido la carga de la deuda de muchos países.
Las naciones en desarrollo  han cometido otro gran error: solicitar a los bancos internacionales préstamos en moneda extranjera para convertirlos en moneda nacional.  Por ejemplo, si se necesita construir una carretera y no tienen dinero en moneda nacional solicitan un préstamo en dólares para pagar la autopista. Con ello buscan incrementar la cantidad de moneda nacional sin disminuir el respaldo de esa moneda en dólares. Pero ello es un gran error. Lo correcto es lo contrario, es decir, que las naciones en desarrollo financien sus necesidades internas con sus propias monedas nacionales, mediante la emisión de deuda interna y soliciten préstamos internacionales  únicamente para financiar el componente importado, es decir, los requerimientos de bienes y / o servicios externos. Las naciones tienen capacidad soberana para hacer esto.
  1.  Un país puede imprimir la cantidad de dinero que necesita
El dinero no tiene valor real, tangible, intrínseco. El sustento en oro de las monedas no existe desde el mismo momento en que Inglaterra en los años 20 y los Estados Unidos en 1971, abandonaron el Patrón Oro.
En el futuro, cuando la población mundial haya alcanzado niveles extremos y los recursos naturales sean más valorados, el respaldo del dinero podría  constituirse en bienes esenciales de alta demanda, como el agua, los alimentos y el petróleo, porque los recursos naturales son instrumentos reales  de reserva de valor. El verdadero valor de las cosas es su utilidad. Hay cosas esenciales y cosas no esenciales. El ser humano puede vivir sin las segundas pero no sin las primeras.
La teoría económica define la presión inflacionaria como el aumento de los precios como consecuencia de las restricciones en la oferta de bienes y servicios. Pero este concepto no refleja exactamente la realidad. La verdad es que la inflación es una consecuencia del egoísmo humano que no tiene límites y cada vez quiere más y más dinero. Los comerciantes aumentan los costos y los precios en una forma constante. Para unos es costo, para otros es precio, pero, en todos los casos quieren más dinero, porque piensan que el dinero es la verdadera riqueza. Este proceso es más intenso en los países donde los gobiernos no tienen fuerza política, ni capacidad económica para frenar la especulación de los sectores más privilegiados de la economía.
  1.  La cantidad de dinero no determina la inflación
De manera, pues, que los países pueden imprimir la cantidad de dinero que necesitan para satisfacer las necesidades de sus economías. Nadie tiene la autoridad para impedir esto. El dinero es un simple instrumento para hacer posible las transacciones económicas y no la riqueza en sí.  Contrariamente a lo que piensan los monetaristas, podemos decir que la cantidad de dinero en circulación no determina la inflación. Si el déficit fiscal y la emisión de dinero fueran la causa determinante de la inflación, entonces los Estados Unidos tendría la mayor inflación del mundo, porque Estados Unidos tiene un gigantesco déficit y una alta emisión de dinero, pero no es así y, en cambio, Estados Unidos prácticamente no tiene inflación. Esto demuestra, claramente,  que la cantidad de dinero en circulación no es la causa de la inflación.
  1. La crisis financiera en los países desarrollados
Las crisis financieras en los países desarrollados son provocadas fundamentalmente por dos causas: a) la supervisión débil del gobierno en el sistema financiero y b) La ambición ilimitada de algunos banqueros. Por ejemplo, estas dos condiciones promovieron la caída financiera en Estados Unidos y en otros países de Europa en el año 2008.
El 8 de junio de 2011, Reuters informó que en los mercados asiáticos el dólar estadounidense perdió valor en relación con el euro debido a que los inversores consideraron que las tasas de interés de Estados Unidos se mantendrían estables. La economía monetaria es una gran ilusión, un castillo de arena construido a la orilla del mar que en cualquier momento hace crisis.
En mayo de 2011, la firma Moody’s redujo la calificación de la deuda de Estados Unidos. Este hecho provocó un impacto importante en los mercados financieros internacionales. Esas apreciaciones de la firma permiten hacer algunas preguntas; por ejemplo:
¿Quién tiene la autoridad para calificar la deuda de la primera potencia económica del mundo que es Estados Unidos?
¿Qué hay detrás de esas expresiones negativas?
Es obvio que detrás de esas expresiones negativas sobre la deuda de EE.UU. está escondido el objetivo  de debilitar el dólar estadounidense para favorecer otras monedas como el euro y la moneda china Yuan, entre otras motivaciones, sin descartar, por supuesto, las estrictamente políticas.
  1. Origen de la supremacía económica de Estados Unidos
La supremacía económica de Estados Unidos se basa en dos hechos: a) Que el dólar estadounidense es la moneda internacional de intercambio y, en consecuencia, la moneda utilizada en las transacciones comerciales internacionales y b) Que el dólar estadounidense es la moneda utilizada por los bancos centrales de los países para mantener sus reservas internacionales, esto significa que el dólar estadounidense es la moneda mundial de reserva.
  1. Los Estados Unidos no tienen límites para la emisión de dólares
Debido a que el dólar estadounidense es la moneda internacional de intercambio y reserva, los Estados Unidos pueden emitir y deben emitir toda la cantidad de dinero necesaria para su actividad interna y para la actividad económica mundial. Por lo tanto, las personas que hablan de la “pesada deuda” de los Estados Unidos no están diciendo toda la verdad.
Cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos emite un dólar está emitiendo una deuda, eso es verdad, pero es una deuda interna de Estados Unidos y no deuda externa. ¿Por qué? La respuesta es muy sencilla: porque de acuerdo a las normas internacionales, la deuda externa es la adquirida en moneda extranjera. En este caso, cuando Estados Unidos emite un dólar está emitiendo una deuda en su propia moneda nacional y por esa razón elemental es deuda interna y no deuda externa.  De esta explicación se infiere que el gobierno de Estados Unidos tiene la capacidad soberana de emitir la cantidad de dólares que necesita su economía interna y la economía internacional y ese dinero será siempre deuda interna de los Estados Unidos.
  1.  Europa y el euro
Con la adopción de la moneda común, el euro, la mayoría de los países de Europa Occidental renunciaron a su capacidad soberana de emitir dinero. ¿Cuáles son las ventajas de la moneda común? ¿Cuáles las desventajas?
Hace algunas semanas leí que los comerciantes de Galicia, en España, están utilizando simultáneamente la antigua peseta y el euro en sus transacciones comerciales. La información no explicaba cómo obtenían la Peseta, que es una moneda fuera de circulación.
En las últimas semanas se ha publicado también la información sobre la crisis financiera en países como Portugal, España y Grecia. Esta semana se anunció un programa para ayudar al último país. Es un programa de restricciones económicas que busca reducir  los salarios, privatizar empresas, servicios públicos y aumentar los impuestos; ello, como es lógico suponer, hará mucho más grave la crisis económica y social de Grecia. El programa ha sido impuesto por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo. ¿Qué sentido tiene agravar las condiciones económicas y sociales de un país como Grecia? Bueno, esa es la gran pregunta que habría que hacerle al FMI y al Banco Central Europeo. En principio, la respuesta es que con esas medidas sólo buscan recuperar lo invertido por la banca europea en Grecia, sin importarles la suerte de la población de ese país.
La experiencia de los años ochenta y noventa en América Latina demostró también  que los programas del Fondo Monetario Internacional son completamente negativos para las naciones. Esas políticas aumentaron la pobreza, el desempleo, la desigualdad y provocaron el nacimiento de gobiernos izquierdistas en Latinoamérica. Y, por supuesto, Grecia no será una excepción.
Los países aceptan las imposiciones del FMI porque no tienen otra opción. Por lo general, quienes caen en manos del FMI son los países altamente endeudados en los mercados internacionales que, por otra parte, necesitan nuevos préstamos.
Si Grecia no hubiese renunciado a su capacidad soberana de emitir su moneda nacional, tal vez hoy podría emitir la cantidad de dinero que necesita para su necesidad interna y solicitar sólo una pequeña cantidad de dólares o euros a la comunidad internacional. El caso de Grecia podría ser un buen ejemplo para los demás miembros de la Unión Europea.
  1. Ideas Monetarias de los grandes pensadores: Smith, Ricardo y Marx
La opinión de los grandes economistas clásicos, Adam Smith, David Ricardo y Karl Marx debe tenerse en cuenta cuando se estudia el papel del dinero en la sociedad. Ellos marcaron un hito en la historia monetaria.
Adam Smith 1723/1790
En su libro Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones, Libro I, Capítulo IV, del Origen y uso del dinero (1776), Smith asegura que:
"Tan pronto se hubo establecido la división del trabajo sólo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se pudo satisfacer con el producto de su propia labor. El hombre subviene a la mayor parte de sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, en exceso de lo que consume, por otras porciones del producto ajeno que él necesita. El hombre vive así, gracias al cambio, convirtiéndose en cierto modo en mercader y la sociedad misma prospera hasta ser lo que realmente es, una sociedad comercial.”
Dice luego:
“En las edades primitivas de la sociedad se dice que el ganado fue el instrumento común del comercio y, a pesar de ser extraordinariamente incómodo para esos fines, hallamos con frecuencia valuadas las cosas en aquellos tiempos remotos por el número de cabezas que por ellas se entregaban a cambio. La armadura de Diomedes, al decir de Homero, únicamente costó nueve bueyes, pero la de Glauco importó cientos. En Abisinia se asegura que la sal es el instrumento común de cambio y de comercio; en algunas costas de la India se utiliza cierto género de conchas; el pescado seco, en Nueva Zelanda, el tabaco en Virginia; el azúcar en algunas colonias de las Indias Orientales; los cueros y las pieles en otros países y aún en Escocia existe actualmente un lugar donde, nos informan, es cosa corriente que un artesano lleve clavos, en lugar de monedas, a la panadería o a la taberna.”
“Sin embargo, en todos los países resolvieron los hombres, por diversas razones incontrovertibles, dar preferencia para este uso a los metales sobre todas las demás mercaderías. Estos no sólo se conservan con menos pérdida que cualquier otro artículo, pues contadas cosas son menos perecederas, sino que, además, se pueden dividir sin menoscabo en las partes que se quiera, o fundir de nuevo en una sola masa, cualidad que no poseen otras mercancías igualmente durables. Es precisamente esta propiedad la que los convierte en instrumentos aptos para la circulación y el comercio.”
Smith destacaba la forma en que los metales se han utilizado como medio de pago y decía que “el hierro fue instrumento común de comercio entre los antiguos espartanos; el cobre entre los romanos primitivos y el oro y la plata entre todas las naciones ricas y comerciantes.”
Y afirmaba que “Antes de que se estableciera la moneda acuñada, el pueblo estaba siempre expuesto a los fraudes y engaños más groseros.”  “Para evitar estos abusos, facilitar los cambios y fomentar por este procedimiento el comercio y la industria, se consideró necesario, en cuantos países adelantaron algo en el camino del progreso, colocar un sello público sobre cantidades determinadas de aquellos metales que acostumbraban a usar las naciones para comprar todo género de mercancías. Tal es el origen de la moneda acuñada y de aquellos establecimientos públicos llamados “Casas de Moneda.” Fin de las citas.
David Ricardo (1772/1823)
El gran autor inglés concede gran importancia al valor y el respaldo de dinero. En su libro Principios de Economía Política y Tributación, Capítulo XXVII, sobre La Moneda y los Bancos (1817), dice que:
 "El oro y la plata, al igual que todas las demás mercancías, son valiosos únicamente en proporción a la cantidad de trabajo necesario para producirlos y llevarlos al mercado. El oro es cerca de quince veces más caro que la plata, no porque sea objeto de mayor demanda, ni porque la oferta de plata sea quince veces más grande que la de oro, sino solamente porque para obtener una cantidad dada de éste se necesita un volumen de trabajo quince veces mayor.”
Luego dice:
“La cantidad de dinero susceptible de ser utilizada en un país debe depender de su valor; si sólo se utilizara el oro para la circulación de mercancías se necesitaría una cantidad quince veces menor de la que se precisaría si se utilizara la plata para el mismo objeto.”
“La circulación no puede ser nunca superabundante, porque al disminuir su valor aumentará su cantidad en la misma proporción, e incrementando su valor disminuirá su cantidad.”
“No existe punto más importante en la emisión de papel moneda que el de captar plenamente los efectos que causa el principio de la limitación de la cantidad.”
Ricardo también asegura que “La experiencia muestra que ni un Estado ni banco alguno han tenido el poder irrestricto de emitir papel moneda sin abusar de ese poder; por ello en todos los Estados la emisión de papel moneda debiera estar bajo una estricta vigilancia y control y ninguno parece más adecuado para este propósito que el de sujetar a los emisores de papel moneda a la obligación de pagar su billetes en metal noble o en oro acuñado.”
Ricardo reitera estos conceptos cuando afirma que “Una moneda se halla en su estado más perfecto cuando consiste enteramente en papel moneda, siempre que éste tenga igual valor que el oro al que declara representar.” Fin de las citas.
Karl Marx 1818/1883
Su opinión es muy importante en materia monetaria. En su libro El Capital,  Crítica de la Economía Política, en el capítulo III, sobre El Dinero, o la circulación de mercancías (1867), Marx dice que:
“Para simplificar, en esta obra partimos siempre del supuesto de que la mercancía-dinero es el oro.”
“La función primordial del oro consiste en suministrar al mundo de las mercancías el material de su expresión de valor, en representar los valores de las mercancías como magnitudes de nombre igual cualitativamente iguales y cuantitativamente comparables entre sí. El oro funciona aquí como medida general de valores y esta función específica es la que convierte al oro en mercancía equivalencial específica, en dinero.
“No es el dinero el que hace que las mercancías sean conmensurables, sino al revés: por ser todas las mercancías, consideradas como valores, trabajo humano materializado, y por tanto conmensurables de por sí, es por lo que todos su valores pueden medirse en la misma mercancía específica y ésta convertirse en su medida común de valor, o sea, en dinero. El dinero, como medida de valores, es la forma o manifestación necesaria de la medida inmanente de valor de las mercancías: el tiempo de trabajo.
La expresión del valor de una mercancía en oro (x mercancía A = z mercancía dinero) es su forma dinero, o precio.”
“El precio o la forma dinero de las mercancías es, como su forma de valor en general, una forma distinta de su corporeidad real y tangible, es decir, una forma puramente ideal o imaginaria. El valor del hierro, del lienzo, del trigo, etc., existe, aunque invisible, dentro de estos objetos y se le representa por medio de su ecuación con el oro, por medio de una relación con este metal, relación que no es, por decirlo así, más que un espectro albergado en sus cabezas. Por eso el guardián de las mercancías tiene que hacer hablar a su lengua por las cabezas de éstas o colgarles unos cartoncitos proclamando sus precios ante el mundo exterior. Como la expresión de los valores de las mercancías en oro es puramente ideal, para realizar esta operación basta con manejar también oro ideal o imaginario. Ningún guardián de mercancías ignora que por el hecho de dar a su valor la forma de precio, es decir, la forma de oro imaginario, no dora, ni mucho menos, sus mercancías y que para tasar en oro millones de valores de mercancías no se necesita ni un adarme de oro real o efectivo. En su función de medida de valor el dinero actúa, por tanto, como dinero puramente imaginario o ideal. Este hecho ha dado pábulo a las más disparatadas teorías. Aunque la función de medida de valores suponga dinero puramente imaginario, el precio depende íntegramente del material real del dinero. El valor, es decir, la cantidad de trabajo humano contenido, por ejemplo, en una tonelada de hierro, se expresa en una cantidad imaginaria de la mercancía dinero en la que se contiene la misma suma de trabajo. Por tanto, el valor de la tonelada de hierro asume precios totalmente distintos, o lo que es lo mismo, se representa por cantidades totalmente distintas de oro, plata o cobre, según el metal que se tome como medida de valor.”
Luego, más adelante Marx dice:
“La existencia monetaria del oro se disocia radicalmente de su sustancia de valor. Esto abre el paso a la posibilidad de que objetos relativamente carentes de valor, como un billete de papel puedan actuar en lugar suyo con las funciones propias de una moneda. En las piezas metálicas de dinero, el carácter puramente simbólico aparece todavía, en cierto modo, oculto. En el papel moneda se revela ya a la luz del día.”
Y afirma:
“El papel moneda es un signo de oro o un signo de dinero. Su relación con los valores de las mercancías consiste simplemente en que éstas se expresan idealmente mediante él, en la misma cantidad de oro que el papel moneda representa simbólicamente y de un modo perceptible. Sólo el hecho de representar cantidades de oro que son también, como todas las cantidades de mercancías, cantidades de valor, es lo que permite al papel moneda ser un signo de valor.” Fin de las citas.
16.  Conclusiones
- El dinero es sólo asientos contables, metal y papel sin valor intrínseco.
- El valor único de dinero es su aceptación como medio de pago.
- El verdadero valor de las cosas es su utilidad.
- A mediano plazo, la reducción en la disponibilidad de recursos naturales provocarán importantes cambios económicos.
- La inflación no es sólo un problema económico, sino de actitud, de  avaricia, un problema causado por del egoísmo humano.
- Es necesario crear una nueva opción económica más equilibrada y justa para promover el progreso y el comercio mundial.
El dinero es una creación del hombre que decide qué cantidad producir o no. Los Estados tienen la capacidad soberana de emitir toda la moneda nacional que necesitan. Lo que no pueden los Estados es emitir la moneda de otros países. Allí está la clave del asunto, porque en las relaciones económicas internacionales sólo se aceptan muy pocas monedas. En el mundo moderno se acepta sólo el dólar y en menor escala el euro. De manera que la posesión de esas dos monedas es lo que permite a los países adquirir bienes y servicios o pagar deudas internacionales. El poder de Estados Unidos, pues, no es su arsenal nuclear que obviamente es inmenso. El gran poder de Estados Unidos es el dólar, que es su moneda nacional pero es, simultáneamente, el medio internacional de pago aceptado universalmente. Y por ser su moneda nacional, Estados Unidos tiene la potestad de emitir la cantidad de dólares que demanda su economía interna y la economía internacional.





viernes, 13 de noviembre de 2015

La ética del comercio y su impacto en la economía de las naciones, Otro Mundo es Posible

A continuación, presento la versión del ensayo intitulado La ética del comercio y su impacto en la economía de las naciones publicado por la Revista Iberoamericana de Sostenibilidad de España, documento que me parece apropiado en los actuales tiempos de crisis.
La libertad de comercio y el papel del Estado en la fijación de los precios en la economía es un tema que siempre ha llamado la atención de políticos, economistas, productores, comerciantes y consumidores. ¿Debe el Estado intervenir en la fijación de los precios? ¿Qué pensaba Adam Smith, el filósofo creador del Liberalismo Económico?
En este ensayo se plantean esas preguntas y se presenta una visión histórica sucinta sobre el tema del precio justo, el interés y la inflación, así como  las ideas expresadas por Adam Smith sobre la actitud de los comerciantes en su libro La Riqueza de las Naciones.
El autor plantea luego su opinión sobre las causas de la inflación y asegura que ésta no tiene su origen exclusivamente en la sobreoferta de dinero en manos del público ni en el déficit de las finanzas públicas sino en la actitud egoísta de los comerciantes que buscan el lucro sin límites, en la usura de los banqueros, la devaluación de las monedas respecto al dólar, el aumento de la presión tributaria por parte de los gobiernos, la elevación de los precios de los bienes y servicios esenciales para la producción y, en última instancia, en la existencia de medios de pagos superiores a la oferta de bienes y servicios en la economía.

Que el déficit fiscal ni una masa monetaria creciente no son la causa de la inflación lo demuestra un hecho irrefutable: que Estados Unidos, la primera economía el mundo, es un país con gran déficit fiscal y con una emisión creciente de dinero y, sin embargo, tiene una inflación inferior al 1% anual, es decir, que no tiene inflación. Si el déficit fiscal y la emisión de dinero fueran la causa de la inflación Estados Unidos tendría que ser el país con mayor inflación del mundo, pero no es así, sino todo lo contrario, hecho que demuestra que ni el déficit fiscal ni la emisión de dinero son las causas esenciales del fenómeno inflacionario.

http://www.otromundoesposible.net/economia-isr/la-etica-del-comercio-y-su-impacto-en-la-economia-de-las-naciones