Índice
- Extracto
- Hipótesis
- La unidad como origen de todo lo existente
- ¿Siguen los seres humanos en la vida económica y social la misma conducta del átomo?
- ¿Por qué los seres humanos luchan entre sí?
- La idea de Leibniz
- Conclusión
- Extracto
El trabajo de filósofos y científicos ha sido
empleado por políticos y economistas para tratar de explicar las causas de la conducta económica y social
de los grupos humanos. Por ejemplo, Charles Darwin (1809-1882) estudió la evolución biológica de las
especies, pero su teoría de la selección natural fue utilizada para justificar el
capitalismo. Carlos Marx (1818-1883) evaluó las causas del conflicto social y
lo atribuyó a la lucha de clases y al egoísmo capitalista; la teoría de Marx sustentó el comunismo y el socialismo,
mientras que Herbert Spencer (1820-1903) siguió en la misma línea de Darwin
creando su teoría de la supervivencia de los más aptos que sirvió para reforzar
la idea capitalista. Pero ninguna de esas interpretaciones teóricas consideró
el vínculo entre la conducta humana y el componente esencial de la vida, que es
el átomo. Este hecho nos hace
pensar que sería útil complementar las
ideas existentes desde esa perspectiva.
- Hipótesis
Los seres
humanos están formados por átomos y en su actitud económica y social repiten un
comportamiento análogo al de los átomos. Análogo significa en parte igual y en
parte diferente. En los párrafos
siguientes explicaremos cuáles son las
bases de esa hipótesis.
- La unidad como origen de todo lo
existente
Filósofos de la
Antigua Grecia plantearon por primera vez el concepto de unidad como causa y efecto de todo lo existente y las llamaron
monas o mónadas. En griego mónada
significa unidad. Siguiendo esa idea, los filósofos pre-socráticos Leucipo y Demócrito,
concibieron y emplearon por primera vez el concepto de átomo en los siglos V-IV A.C. Los
pitagóricos (Siglos VI y V A-c) ampliaron el estudio del concepto de unidad y le atribuyeron el origen
de los números, de la geometría y de todas las cosas. Platón (424 A.C. -348
A.C.) y Aristóteles (384 A.C. -322 A.C.) hablaron también de las
mónadas. Siglos después, René Descartes (1596-1650) se interesó en el tema y le
siguieron en ese mismo interés Gottfried Leibniz (1646-1716) y Emmanuel Kant
(1724-1804). El trabajo de todos estos filósofos encontró en el siglo XX una
explicación final con el estudio científico del átomo ya que se comprobó que
éste era la menor unidad de materia y que todo lo existente en el universo está formado
por átomos, es decir, que el átomo es la unidad
esencial que forma parte de todo. Ello confirmó que las ideas de los filósofos
pre-socráticos, antiguos y modernos respecto a las monadas tenían sentido, ya
que en esencia las mónadas eran los mismos átomos tal como los conocemos hoy. Esto
demostró, igualmente, que el conocimiento está en evolución permanente ya
que la idea de las mónadas evolucionó desde la Antigüedad hasta llegar al
concepto moderno de átomo del siglo XX.
La idea de
unidad como principio y fin de todas las cosas se puede comprobar en las más
importantes manifestaciones de la vida: Dios es uno; las diferentes religiones
aceptan la existencia de ese Ser Superior al que llaman de diferentes maneras
pero en esencia es el mismo. Todos los elementos que forman la naturaleza
están constituidos por átomos, es decir por una unidad esencial. Espacio y tiempo constituyen una unidad. Hombre
y mujer constituyen una unidad que es la raza humana y para confirmar esta idea
debemos recordar que las sagradas escrituras dicen que la mujer, Eva, fue creada de Adán. Es decir, que Dios, hombre y naturaleza son
unidades en apariencia separadas pero en realidad unidas en su esencia por un
elemento común integrador que es Dios. Usted podría preguntarse por qué
entonces existen la injusticia, la pobreza, los conflictos y la guerra si Dios,
hombre y naturaleza conforman una unidad. Pienso que existe una explicación que
expondremos seguidamente.
- ¿Siguen los seres humanos en la vida
económica y social la misma conducta del átomo?
En la vida económica
y social se desarrolla un fenómeno análogo al que ocurre en el átomo, en el que
existe una fuerza positiva (protones p+), una fuerza negativa (electrones e-) y
una fuerza neutra (neutrones n). Esas fuerzas que luchan en el átomo están en
constante movimiento con cargas de diferente intensidad y ello produce los
cambios que ocurren en la naturaleza. Pues bien, un fenómeno similar sucede en
la economía y en la vida social. En las sociedades capitalistas la fuerza
positiva son los productores, la fuerza negativa los especuladores y la fuerza
neutra los consumidores, que son
manipulados por unos y otros. En las sociedades comunistas la fuerza positiva
son los trabajadores, la fuerza negativa, el Estado, que expolia al resto de la
sociedad y la fuerza neutra los consumidores que también son víctimas del
Estado. En todos los regímenes políticos,
operan las tres fuerzas (positivas, negativas y neutras) y todas actúan
sobre la naturaleza sobreexplotando los recursos y afectando el medio ambiente. Una
interpretación mucho más amplia podría hacerse de esta idea.
Reiteramos pues
que los seres humanos están formados por átomos, por eso en su conducta
económica y social siguen el mismo comportamiento de los átomos. Es un proceso
de lucha permanente entre sus componentes. El conflicto es un fenómeno
inherente a la propia naturaleza de los seres. Eso explica por qué pensadores
como Charles Darwin, Carlos Marx y Herbert Spencer hablaron de la selección
natural, la lucha de clases y la
supervivencia de los más aptos. Pero ni Darwin, ni Marx ni Spencer conocieron las implicaciones del fenómeno atómico como lo
conocemos hoy en día; si lo hubiesen conocido tal vez hubiesen vinculado sus
teorías al efecto que ejerce la composición atómica de la materia sobre la
conducta económica y social de los grupos humanos. Una excepción en este
sentido fue el trabajo de la tendencia estructuralista de la psicología
científica de principios del siglo XX, cuyo fundador, Wilhelm Wundt (1832-1920),
si consideró la influencia del átomo en la conducta humana.
- ¿Por qué los seres humanos luchan
entre sí?
Los seres
humanos luchan entre sí porque reproducen en su vida económica y social la
conducta del elemento esencial que los forma, el átomo; es decir, reproducen la
conducta del átomo, el cual está en un proceso permanente de transformación.
Esto explicaría no sólo el cambio económico y social sino también el cambio
biológico. Las células están en un proceso de transformación permanente pero
las células son átomos. Por eso la vida no se extingue, la vida es eterna. La muerte no acaba con el principio esencial
de la vida que es el átomo, el cual sigue existiendo más allá de la muerte,
porque el átomo es indestructible y da origen a nuevas formas de vida.
- La idea de Leibniz
En los siglos
XVI y principios del XVII el pensador alemán Gottfried Leibniz, en su estudio
sobre las mónadas, que como ya hemos dicho era en esencia el mismo átomo que
conocemos hoy en día, explicó que cada mónada (átomo) tiene su propio programa
de comportamiento diferente al programa de las otras mónadas, por ello no
existen la casualidad ni la causalidad ya que todo lo que sucede en la
naturaleza está programado en las mónadas.
En el siglo XX,
la física moderna avanzó lo suficiente para comprender más ampliamente el átomo
y para desarrollar sus aplicaciones prácticas; algunos usos de la energía
atómica han traído un gran progreso a la humanidad pero otros, lamentablemente,
como su empleo en armas de destrucción masiva, han colocado al mundo cerca de
su destrucción; amenaza que permanece allí, vigente.
- Conclusión
Si los seres
humanos están formados por átomos y los átomos tienen una conducta determinada,
es lógico pensar que la conducta de los
seres humanos está influida o determinada por el comportamiento del
principal elemento que lo integra, es
decir, por el comportamiento de los átomos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario