La
Teoría de la Relatividad Clásica de Galileo Galilei (1564-1642) fue
desarrollada gracias a la nueva forma de pensamiento y análisis creada por
Nicolás Copérnico (1473-1543). Galileo se inspiró en el método de análisis de
la realidad de Copérnico, quien contra su razón, su sentido y la lógica dedujo
que era la tierra la que se movía alrededor del sol y no a la inversa, es
decir, que el sol, la luna y los planetas se movían alrededor de la tierra,
considerada como centro del universo desde tiempos de Ptolomeo (Antigüedad).
La
Teoría de la Relatividad estudia el movimiento de los cuerpos en el espacio y
en el tiempo. El primer investigador en formular una teoría en la materia fue
Galileo Galilei en el siglo XVII. Luego, Isaac Newton (1643-1727), en el siglo
XVIII hizo importantes consideraciones en torno a los conceptos de espacio,
tiempo y movimiento, pero fue Albert Einstein (1879-1955), en el siglo XX,
quien produciría una nueva visión de la relatividad.
Galileo,
para la construcción de su Teoría de la Relatividad, dedujo que el movimiento
de los cuerpos en el espacio es relativo, ya que se aprecia de manera diferente
dependiendo de la posición en que se encuentre el observador. En efecto, si
usted no se asoma por la ventanilla de un avión en movimiento usted no percibe
que el avión se está moviendo, tiene más bien la sensación de que el avión está
detenido. Igual ocurre si usted permanece en el interior de un barco: en ese
caso, usted no percibe que el barco se está moviendo. En cambio, cualquier
observador desde la tierra o desde la costa percibe claramente el movimiento
del avión o del barco. Estas percepciones diferentes son conocidas como la
Teoría de la Relatividad Clásica porque, en efecto, su apreciación es relativa
y depende del lugar desde donde las personas observen en movimiento.
Bueno,
la influencia de Copérnico en el pensamiento es tan importante, que llegó a ser
la inspiración de esa otra gran contribución al pensamiento: la Teoría Clásica
de la Relatividad desarrollada por Galileo.
En
el siglo XX, Einstein también se inspiró en Copérnico y Galileo para desarrollar
su Teoría de la Relatividad Especial (1905) y su Teoría de la Relatividad
General (1915). Einstein usó el mismo método de pensamiento de Copérnico,
porque Einstein dedujo -contra la lógica, la razón y los sentidos- que la masa de
la tierra no ejerce un efecto de atracción sobre los objetos, contradiciendo de
esa manera la Ley de la Gravitación Universal (1687) creada por Isaac Newton,
considerada hasta entonces una verdad irrefutable. En oposición a Newton,
Einstein pensó y demostró que la masa de los cuerpos celestes curva el espacio
a su alrededor y que esa curvatura del espacio es lo que empuja a la tierra, la
luna y los planetas hacia el sol y lo que empuja a los objetos hacia la tierra.
En otras palabras, que la tierra no ejerce una acción de atracción sobre los
cuerpos y que, en consecuencia, la Ley de la Gravitación Universal tal como
había sido concebida por Newton no era cierta. Einstein demostró, además, que
el tiempo no es un concepto absoluto, separado del espacio, como había pensado
Newton, sino un concepto relativo, es decir, que no se puede separar del
espacio. Einstein, siguiendo el método de Galileo, demostró la relatividad del
movimiento de la luz en el espacio y ello le permitió luego formular su teoría
sobre la curvatura del espacio-tiempo. A simple vista la luz es recta, pero
Einstein, con sus experimentos en los eclipses, demostró que la luz también se
curva en el espacio.
Este
conjunto de reflexiones tienen un propósito: demostrar que el pensamiento humano,
en sus grandes aportes al conocimiento, tienen una coherencia, un camino que no
es fruto del azar sino de un orden perfecto que no puede ser otra cosa ni algo
distinto a Dios, que es su fuente de inspiración, porque el conocimiento de los
grandes misterios de la vida y el universo es sólo verdad revelada por Dios.
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