lunes, 6 de marzo de 2017

Desempleo, subempleo, bajos salarios e inflación son los grandes retos económicos del mundo actual

Una explicación diferente del funcionamiento de la economía

  1. Premisa mayor
Los hechos han probado que el respeto a libertad económica es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las sociedades. Pero ese respeto a la libertad económica no es suficiente porque en los países donde se aplica también subsisten grandes problemas como el desempleo, subempleo, bajos salarios, inflación y deflación. Está probado, pues, que el modelo de libre mercado ortodoxo no garantiza el pleno empleo de los trabajadores ni salarios justos. En Estados Unidos, que es la sociedad capitalista modelo del mundo,  el mercado no está en equilibrio, hay millones de pobres, gente sin hogar que duermen en las calles, millones de personas ausentes del sistema de salud porque no pueden pagar un seguro, la educación superior privatizada cierra la puerta a millones de estudiantes, muchas empresas mantienen sus fábricas en el exterior para disminuir costos lo que impide la utilización plena del potencial productivo de ese país, el ingreso mínimo es insuficiente para cubrir las necesidades de los trabajadores y en una sociedad en esas condiciones obviamente el mercado no puede estar en equilibrio. Algo parecido ocurre en parte de Europa Occidental; el nivel de desempleo es alto en España, Portugal, Italia, Grecia y otros países; las pensiones e ingresos en general de los trabajadores se han reducido y también los servicios públicos de salud y educación; es evidente que en esos países tampoco el mercado está en equilibrio, aunque los indicadores globales como el PIB puedan mostrar signos positivos.

  1. Objetivos del ensayo
En este trabajo quiero expresar lo siguiente:
a)      Que en el mundo real la economía no es una ciencia porque sus leyes no se cumplen siempre y de manera indefectible; por ejemplo, ante una oferta excedente de bienes no siempre ocurre una rebaja de precios porque el mercado puede preferir botar la producción excedentaria antes que reducir el precio; algo parecido pasa ante un aumento de la demanda ya que los agentes económicos pueden preferir importar antes que incrementar su producción. En ninguno de los casos citados se cumplen las leyes del mercado. Ahora bien, el requisito fundamental de la ciencia es la certeza y permanencia de sus postulados en el tiempo: por ejemplo, que el calor dilata los cuerpos es una verdad científica válida ahora y siempre; la economía, en cambio, no puede presentar verdades absolutas como las de las ciencias exactas pues es sólo teoría que algunas veces se cumple y otras veces no se cumple en la práctica, porque la economía depende de lo más variable que existe en el mundo: la conducta humana.
b)      La economía ha intentado alcanzar cierto grado de exactitud con la incorporación de la matemática pero realmente no lo ha logrado. Por ejemplo, si los modelos matemáticos de predicción fuesen exitosos entonces no deberían ocurrir las grandes crisis económicas, pero en la realidad no ocurre así.
c)      La competencia perfecta no existe y sobre esa premisa fue que los economistas fundaron las leyes básicas de la economía. Si la competencia perfecta no existe en la práctica entonces toda la argumentación construida sobre esa base es sólo teórica.
d)      En la realidad económica existen múltiples mercados con características propias y diferentes que dificultan la existencia de un equilibrio general, es decir, de un equilibrio de todos los mercados simultáneamente.
e)      El deseo de acumular más riqueza es la fuerza que impulsa a los poseedores del capital y para conseguir la riqueza son capaces de hacer cualquier cosa, como bien lo reconoció Adam Smith en su célebre frase en la que aseguró que “de una reunión de comerciantes no puede salir ninguna otra cosa distinta sino una conspiración para elevar los precios.”
f)       Nadie puede asegurar que los agentes económicos actúan en una forma 100% racional influyendo de esa manera en el mercado; el egoísmo humano es contrario a la racionalidad.
g)      El precio de equilibrio promovido por la oferta y la demanda es una ficción porque en la realidad de todos los países, desde los más hasta los menos liberales, existen múltiples factores que imponen costos y precios, entre ellas tasas legales de interés, las regulaciones como el salario mínimo, impuestos, limitaciones a la importación y exportación, precios máximos de algunos productos y otras restricciones legales,  lo que los economistas denominan las externalidades, que están por encima del impacto que ejerce la oferta y la demanda sobre los precios.
h)      El desempleo, subempleo, salarios miserables, inflación y especulación son las perturbaciones económicas más comunes e importantes que siempre han estado presentes en la historia y constituyen las principales causas de la pobreza de las naciones.
i)        La Teoría Cuantitativa del Dinero que atribuye la inflación a la abundancia dinero es sólo parcialmente cierta.  
j)        Los precios, cuando suben, después no es fácil que bajen. Los empresarios incrementan los precios pero luchan para no aumentar los salarios.
k)      Los indicadores económicos como el PIB no reflejan la verdadera realidad de la economía ni el bienestar de la población de los países.
l)        La política económica define el rumbo de la economía en todas las sociedades, incluso en las de libre mercado; eso significa que en la realidad no es el mercado sino el Estado quien decide en última instancia todo el proceso económico, desde las formas de propiedad hasta cuanto pagar de impuestos.

  1. Síntesis
Desde el siglo XVIII y hasta ahora, primeras décadas del siglo XXI, la economía ortodoxa ha empleado la idea de la mano invisible del mercado como factor determinante del equilibrio en la economía. Esa idea, expresada por Adam Smith en el siglo XVIII fue aceptada por el resto de los economistas clásicos y luego por el principal exponente de la economía marginalista, Marie-Espirit-Léon Walras (1834-1910), a través de su Teoría del Equilibrio General de la Oferta y la Demanda y por Alfred Marshall (1842-1924) principal figura de la economía neoclásica, quien desarrolló la Teoría del Equilibrio Parcial. Ambas teorías han sido consideradas hasta ahora por la economía ortodoxa como la explicación correcta de la forma en que funciona la economía.

  1. ¿Qué es la Teoría General del Equilibrio entre la Oferta y la Demanda?
La Teoría General del Equilibrio entre la Oferta y la Demanda supone que en un mercado de competencia perfecta en la oferta y la demanda no se producen alteraciones significativas de carencia o abundancia de bienes y servicios porque el mercado produce y consume las cantidades que necesita y que si se genera alguna alteración el mismo mercado la corrige a través de los precios, incrementándolos o disminuyéndolos. Adam Smith (1723-1790), fundador de la economía clásica, fue quien primero expuso la esencia de esta idea en su libro La Riqueza de las Naciones, publicado en el año 1776, es decir, apenas 26 años después de iniciada la Primera Revolución Industrial. Este hecho es importante porque revela que Adam Smith conoció sólo la primera etapa de la nueva forma de producción industrial y que su experiencia fundamental estuvo basada en el comportamiento de la sociedad agrícola y comercial inaugurada en la Edad Moderna, a partir del descubrimiento de América. Smith, pues, no conoció a fondo los resultados económicos y sociales de la nueva forma de producción industrial y eso hace que su teoría no pueda explicar debidamente la realidad posterior a él.

  1. Desarrollos anteriores
Cabe destacar, sin embargo, que una explicación previa sobre el equilibrio entre la oferta y la demanda en la economía la dieron en forma implícita, que no explícita, los fisiócratas en el siglo XVIII; en efecto, el doctor Francoise Quesnay, la figura más relevante de la fisiocracia, considerada la primera escuela de pensamiento económico, planteó por primera vez, implícitamente, el concepto de equilibrio. Quesnay, que era médico, sabía que cualquier alteración en cualquier parte del cuerpo humano, es decir, cualquier desequilibrio, modifica la salud en su conjunto y aplicó esa misma idea al proceso económico, por lo que planteaba permitir la mayor libertad a la economía sin la intervención del poder político. Quesnay y los fisiócratas respondían así a la tesis mercantilista, instaurada en Europa desde el siglo XVII, la cual afirmaba que el comercio y los metales preciosos eran la causa de la riqueza de las naciones, para lo cual era necesaria la intervención del Estado en la economía. Adam Smith, considerado el fundador de la economía clásica continuó la  idea liberal de los fisiócratas y la sintetizó en su famosa frase de “la mano invisible del mercado” a la que considera capaz de ordenar todo el proceso económico y, en consecuencia, la oferta y la demanda.

  1. Oferta, demanda, dinero e inflación
Desde la Antigüedad se conoce el efecto del dinero sobre la oferta, la demanda y la inflación. En efecto, la historia revela que el Imperio Romano sufrió por mucho tiempo el problema inflacionario y algunos autores atribuyen a ese fenómeno una de las causas principales de su caída. Los emperadores romanos en diversos momentos hicieron cambios en la política monetaria devaluando el contenido metálico de las monedas y regulando algunos precios como el precio del trigo. Pero fue el Emperador Diocleciano (244-311) quien adoptó la política más amplia en la materia incluyendo numerosos bienes en la regulación y estableciendo la pena de muerte para quienes la violaran. Este hecho pone en evidencia la gravedad del problema en ese momento histórico.
La Edad Media se inaugura con la caída del Imperio Romano en el año 476. La Edad Media se considera el período más obscuro de la historia y se caracterizó por el Teocentrismo, una influencia única de Dios y la Iglesia católica en todos los aspectos de la vida. De ese período hay muy poca evidencia de obras importantes y entre ellas vale citar el gran trabajo filosófico y religioso de  Santo Tomás de Aquino (1225-1274), quien condenó la usura, el salario injusto y el precio injusto; su libro más notable es Summa Teológica. Otro filósofo y sacerdote relevante de la Edad Media es Nicolás Oresme (1320-1382), considerado el padre de la economía monetaria, quien escribió el primer tratado sobre la materia en su libro Origen, naturaleza y alteraciones de la moneda (1358). Oresme criticó la devaluación de las monedas a través de la disminución de su contenido de oro y plata pero manteniendo su valor nominal, que ya se había convertido en costumbre en Europa.
La Edad Moderna, que se inicia con el descubrimiento de América en 1492, abre la puerta al desarrollo del pensamiento y el conocimiento que había sido truncado durante toda la etapa histórica anterior, la Edad Media.
Con la Edad Moderna se inaugura en Europa el Renacimiento en todos los campos del saber y se dan los primeros pasos para el desarrollo de la economía como disciplina de estudio, influida de manera especial por el descubrimiento de América que lleva a Europa inmensas cantidades de oro y plata saqueadas por los conquistadores. Ese hecho hizo surgir la primera concepción económica global, el mercantilismo, doctrina que favorecía el comercio exterior y que consideraba a los metales preciosos como la causa de la riqueza de las naciones. La gran riqueza de oro y plata llevada a Europa creó una expansión monetaria importante que, a su vez, generó una inflación significativa. En ese nuevo escenario es que surgen las primeras tesis de economía.
Martín de Azpilcueta (1492-1586), filósofo y sacerdote español, de la Escuela de Salamanca,  es una de las figuras de la Edad Moderna en estudiar la economía y a él se atribuye la primera formulación de la Teoría Cuantitativa del Dinero (1556), que plantea la relación entre la cantidad de dinero en circulación en una economía y el nivel de precios.
Jean Bodin (1530-1596) fue alumno de Martín Azpilcueta y continuó su trabajo sobre la Teoría Cuantitativa del Dinero; Bodin publica su tesis de política monetaria en 1568 y luego su obra más importante, La República en 1576.
En el siglo XVII, Juan de Mariana (1536-1624), sacerdote español, continuó la misma onda crítica en su libro Tratado sobre la alteración de la moneda (1607), libro que fue prohibido y llevó a la cárcel a su autor.
Después, en el siglo XVIII, David Hume (1711-1776) y luego David Ricardo (1772-1823) en el siglo XIX formuló un trabajo más completo sobre el tema. Ricardo siguiendo la Teoría Cuantitativa del Dinero aseguró que los precios de las mercancías aumentan o disminuyen dependiendo de la cantidad de moneda en circulación. Esta tesis fue refutada por John Stuart Mill (1806-1873) quien afirmó lo contrario, es decir, que los cambios en los precios son los que determinan el aumento o la disminución de la cantidad de moneda.
En el siglo XX, Irving Fisher (1867-1947) incursiona en el tema e introduce el concepto de velocidad de circulación  del dinero al que le atribuye la causa de la variación en los precios.
En los años veinte y treinta del siglo XX la economía experimenta una nueva realidad: la hiperinflación alemana y la Gran Depresión en Estados Unidos. La medicina prescrita por la economía ortodoxa, que consideraba que la mano invisible del mercado recuperaría el equilibrio, no tuvo éxito y fue así como surgió un nuevo enfoque, el programa de recuperación emprendido primero en Alemania (República de Weimar) por el Presidente del Reichsbank Hjalmart Schacht (1877-1970) en los años treinta y luego la política del New Deal para la recuperación económica ejecutada entre 1933 y 1939 por el Presidente de Estados Unidos, Franklin D. Roosvelt. En esos años, en 1936, apareció el libro Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero de John Maynard Keynes (1883-1946), que le dio sustento intelectual a la nueva política que promovía la inversión directa del Estado para estimular la demanda y acabar el desempleo.  El programa tuvo éxito y se aplicó desde los años treinta hasta los primeros años de la década de los setenta del siglo XX. Unos años antes, en los sesenta, comenzaron a aparecer signos de inflación y de inestabilidad monetaria, causados por Alemania que inició entonces un proceso de fortalecimiento de su moneda, el marco, atrayendo capitales hacia ese país, lo cual afectó la solidez el dólar que en 1971 se desvinculó del patrón oro. Este hecho, unido a los nuevos impuestos establecidos a las compañías petroleras primero por Libia y luego por el resto de los países petroleros provocaron presiones inflacionarias a nivel mundial que luego alcanzaron un punto máximo a partir de 1974, como consecuencia del embargo petrolero árabe a Estados Unidos y el resto de las naciones occidentales. En ese escenario, surge el cuestionamiento a la tesis keynesiana que no había podido evitar la nueva inflación. Milton Friedman (1912-2006) y la Escuela de Chicago toman la iniciativa y plantean el resurgimiento de la tesis neoclásica y la Teoría Cuantitativa del Dinero para explicar el fenómeno inflacionario de entonces. Esa tesis es adoptada por la Primera Ministra de Gran Bretaña, Margaret Thachter, por el Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan y los organismos financieros internacionales, imponiendo el neoliberalismo, cuya idea principal era la no intervención del Estado en la economía y la austeridad de las finanzas públicas para alcanzar el equilibrio. La consecuencia de esta política fue la privatización de numerosas empresas y servicios públicos en las naciones donde se aplicó el neoliberalismo, el incremento de la deuda de los países en desarrollo que hizo crisis en el año 1982 cuando muchos países no pudieron pagar sus compromisos, pérdida de soberanía por la privatización de sus principales actividades económicas y el aumento de la pobreza, debido al aumento de las tasas de interés y la eliminación de las políticas de protección al trabajo, entre otros factores. El objetivo del neoliberalismo era dejar a la mano invisible del mercado el restablecimiento del equilibrio en la economía y el combate a la inflación. La política neoliberal tuvo plena vigencia en los años ochenta, noventa y comienzos de la década del siglo XXI pero no tuvo éxito. La crisis reapareció con gran intensidad en el año 2008, con la quiebra de las principales instituciones financieras de Estados Unidos y algunas de Europa, que provocó nuevamente la intervención del Estado para evitar el colapso de la economía de esos países, debido a la magnitud de las deudas de las instituciones financieras privadas. Los banqueros recibieron el dinero dado por los gobiernos para pagar las deudas a los ahorristas pero muchos no lo hicieron y se quedaron con el dinero público.

  1. ¿Refleja realmente la verdad del mercado la Teoría del Equilibrio General de la Oferta y la Demanda?
Para hablar de equilibrio general de la oferta y la demanda tendría que tomarse en cuenta el equilibrio en cada uno de los mercados existentes en una economía y eso es muy difícil en la práctica. El equilibrio es la satisfacción máxima que de manera consensuada debería obtener cada uno de los participantes en las operaciones mercantiles del mercado. En cada país hay miles de mercados, cada uno tiene sus propias características y obviamente en muchos de ellos no se produce el fenómeno del equilibrio porque hay abundancias y carencias y, por consiguiente, precios diferentes que reflejan esas abundancias y carencias.

  1. Lo que determina los resultados económicos
Al final, lo que determina los resultados económicos es la política económica establecida por el gobierno en cada país. Ello pone en evidencia que el Estado es realmente quien tiene la última y más importante palabra en materia económica en todos los países del mundo. El grado de libertad económica es fundamental. El gran fracaso del comunismo y del socialismo ha sido la excesiva intervención del Estado. Con la excepción de los países nórdicos, el resto de los experimentos socialistas todos han terminado mal.

  1. El verdadero equilibrio y éxito
El verdadero equilibrio y éxito está en permitir el libre juego del mercado hasta el punto en que no afecte el bienestar general a través de prácticas monopólicas, oligopólicas, de especulación y usura; un ejemplo histórico muy importante en ese sentido fue la política de New Deal establecida por el Presidente Franklin D. Roosevelt en Estados Unidos para recuperar la economía después de la Gran Depresión de 1929.
Asimismo, el Estado debe promover el desarrollo económico y social a través de sus diferentes políticas, impulsando la iniciativa privada, la protección de los derechos de los trabajadores y realizando, directamente, actividades fundamentales como la seguridad, la salud de la población y la educación, que es el más importante mecanismo de justicia social.



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