La
situación política, económica y social está llevando a Venezuela al extremo:
sin comida; sin medicinas; hiperinflación; escasez de otros bienes esenciales; producción
agrícola e industrial prácticamente paralizada; colapsados los servicios
públicos y privados de electricidad, agua, salud; delincuencia desbordada y altos niveles de
conflictividad política y social.
Ante
una situación como esa quedan muy pocas opciones para encontrar solución a esa
gran cantidad de hechos extraordinarios. La experiencia histórica demuestra que
cuando los países llegan a ese estado de cosas la única manera en que se han
salvado es mediante el acuerdo de los diferentes sectores de la sociedad. En
América Latina, el ejemplo más reciente es el de Nicaragua, que entró en un
proceso de hiperinflación, destrucción económica y guerra interna a partir de
1979, con el triunfo del Sandinismo. Nicaragua superó la grave situación que
padecía a partir del año 1990, con la elección de un nuevo gobierno (Violeta
Chamorro) y la adopción de un nuevo programa económico cuya medida principal
fue la creación de una nueva moneda, el Córdoba Oro, a la par del dólar, que
permitió la recuperación progresiva de la economía. Los sandinistas regresaron
al poder pero aprendieron la lección. Y hoy Nicaragua tiene libertad de cambio,
el dólar americano circula libremente y la economía se desenvuelve dentro de
los parámetros internacionales.
Hoy,
en Venezuela, para salir de la grave crisis que padece se requiere un Pacto de
Rescate Económico y Social entre los principales actores del país: el Estado,
los empresarios, los trabajadores y los gremios profesionales.
Las
bases de ese Pacto en lo económico deberían ser:
- Establecimiento
de una nueva Política Monetaria, que es la causa principal del problema
económico. Esa nueva política debe eliminar el control de cambio y
propiciar la creación de una nueva moneda a la par del dólar, una nueva
moneda con suficiente respaldo, basado en una parte del valor monetario de
las reservas petroleras y en el valor monetario de las reservas de oro. La
moneda debería conservar el nombre del Libertador Simón Bolívar y llamarse
Bolívar Oro. Se debe permitir simultáneamente la libre circulación del
dólar de manera que se pueda pagar indistintamente en Bolívares Oro o en
dólares.
- Se
debe establecer una nueva escala de precios, salarios y tasas de interés adaptados a la realidad internacional.
- El
Pacto debe comprometer al Estado y a los empresarios a respetar los salarios
y los precios de los bienes y servicios que se alcancen por medio del
acuerdo.
- El
Estado debe favorecer y estimular la iniciativa empresarial privada y a
través de la política financiera ayudar a la recuperación y creación de
nuevas empresas.
- La
prioridad debe ser la producción agrícola, agroindustrial, de medicinas,
favorecer a la pequeña, mediana y
gran industria y las actividades generadoras de divisas como el turismo.
- El
Estado debe comprometerse a recuperar la infraestructura eléctrica y de
agua mediante la inversión eficiente de los recursos y a recuperar las
industrias básicas de Guayana.
- En
el campo de lo social, se requiere una acción firme y eficiente en el
combate al delito.
- La
adopción de ese conjunto de medidas permitiría ponerle fin a la
hiperinflación, recuperar el valor del salario, incrementar la producción
material y de servicios, es decir, volver a llenar los estantes con comida
y medicinas y restablecer los servicios esenciales de electricidad, agua y
los servicios de salud, entre otros.
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