lunes, 14 de diciembre de 2020
jueves, 3 de septiembre de 2020
Sólo un cambio profundo en los patrones de comportamiento de la sociedad podría conducir a la Reconstrucción de Venezuela
Índice
- Síntesis
- La historia
- Un balance sucinto de las obras de los gobiernos democráticos
- El comportamiento colectivo de la sociedad
- La nueva realidad social
- ¿Qué hacer ante ese panorama sombrío de desintegración, delincuencia y desprecio por todo tipo de normas de convivencia social?
- Conclusión: el desarrollo es una actitud ante la vida y no sólo riqueza material
1. Síntesis
La observación práctica de la situación social de Venezuela en los siglos 20 y 21 me motivó a escribir este ensayo y desde esa apreciación particular intentaré elaborar una conclusión general y una propuesta de solución.
Venezuela vive una situación muy difícil, no sólo desde el punto de vista político y económico sino en sus aspectos sociales, con altos índices de delitos y menosprecio por las más elementales normas de convivencia social. El principal objetivo de este ensayo es, pues, explicar por qué es necesario que entre los Grandes Objetivos de un futuro Plan de la Nación se incluya un Programa para el Cambio de los Patrones de Comportamiento de la Sociedad, cuyas bases esenciales también incluiré en este documento.
Para comprender el presente y hacer una proyección hacia el futuro primero es necesario, aunque sea sucintamente, revisar la historia. Eso es lo que hago seguidamente para luego desarrollar las ideas expresadas en el epígrafe anterior.
2. La historia
Venezuela inicia el siglo 20 gobernada por Cipriano Castro desde el 22 de octubre de 1989 hasta el 19 de diciembre de 1908 cuando lo sustituye por un golpe de estado Juan Vicente Gómez quien gobernó 27 años, hasta 1935.
En 1917, en pleno mandato de Juan Vicente Gómez, Venezuela se convirtió en un país petrolero, hecho que cambió radicalmente la estructura económica de la nación que progresivamente dejó de ser un país agrícola, con todas las consecuencias implícitas en ello. En ese largo tiempo y hasta ahora recibió, pues, inmensos recursos en dólares que otros países del continente no han tenido pero pese a ello vive una situación de absoluta precariedad . En los primeros 28 años del período de la industria petrolera, es decir, entre 1917 y 1945 la situación política, económica y social fue relativamente estable; la figura dominante de ese tiempo fue el general Juan Vicente Gómez y luego, a la muerte de este último en el año 1935, los generales Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita. Hasta entonces, es decir, hasta 1935, los Presidente del país, con contadas excepciones, habían sido militares o representantes de los militares.
El cambio hacia un gobierno civil se produce con la llamada Revolución de Octubre de 1945, paradójicamente, un golpe de estado que derrocó al Presidente de la República, el general Isaías Medina Angarita y que llevó al poder a un civil, Rómulo Betancourt, quien se convirtió en Presidente de la Junta de Gobierno y a su partido Acción Democrática, y cuyo objetivo principal era crear una nueva Constitución y establecer la democracia. Uno de los argumentos para justificar el golpe de Estado al Presidente Medina fue, precisamente, la forma indirecta en que se elegía hasta entonces las autoridades de la nación. En ese tiempo, sólo podían votar los hombres mayores de 21 años que sabían leer y escribir, lo cual representaba aproximadamente el 10% de la población. La única elección directa era la de los concejales en los municipios, quienes a su vez eran los encargados de designar a los diputados, estos nombraban a los senadores y el Congreso, diputados y senadores en conjunto, designaba al Presidente de la República. Betancourt, como Presidente de la Junta de Gobierno promovió una nueva Constitución y para ello convocó a una Asamblea Constituyente que se instaló el 27 de octubre de 1946 la cual, al año siguiente, el 5 de julio de 1947, sancionó la nueva Constitución que estableció el voto directo para la elección del Presidente de la República, senadores, diputados, asambleas legislativas y concejos municipales. En los tres años de la Junta de Gobierno presidida por Betancourt se dieron los primeros pasos para la construcción de una economía industrial con la creación en 1946 de la Corporación Venezolana de Fomento y un importante avance social con la fundación del Ministerio del Trabajo, favoreciéndose el surgimiento del movimiento agrario y sindical con la formación de la Confederación de Trabajadores de Venezuela e importantes federaciones sindicales como la de obreros portuarios y la construcción.
El 14 de diciembre de 1947, en el marco de la nueva Constitución vigente se realizó un proceso electoral en el cual resultó electo Presidente de la República el escritor Rómulo Gallegos, quien tomó posesión del cargo el 15 de febrero de 1948. Pero el experimento político duró apenas 10 meses y el 24 de noviembre de 1948 un nuevo golpe de estado derrocó al Presidente Rómulo Gallegos y llevó al poder al coronel Carlos Delgado Chalbaud, asesinado posteriormente el 13 de noviembre de 1950 en el ejercicio de la Presidencia. A partir de ese momento asumió la Presidencia de la República el coronel Marcos Pérez Jiménez, ascendido luego a general, hasta el 23 de enero de 1958. Este período de gobierno militar se caracterizó por el desconocimiento del proceso político democrático iniciado antes y el desarrollo de una política de construcción de grandes obras de infraestructura especialmente en Caracas.
El 23 de enero de 1958 el general Marcos Pérez Jiménez abandonó el poder y es inició una etapa de 40 años de gobiernos democráticos en los que los partidos Acción Democrática y Copei se alternaron en el ejercicio del poder. Fue un tiempo de luces y sombras, luces, la mayor parte de ella, con la construcción de una importante base económica y de infraestructura para el país. No obstante ello, a partir de 1999 se inició una etapa de regresión y de barbarie que ha colocado a Venezuela entre las naciones más deprimidas y retrasadas del mundo.
3. Un balance sucinto de las obras de los gobiernos democráticos
El gobierno del general Marcos Pérez Jiménez, en los años cincuenta, desarrolló una importante obra de construcción de infraestructura en Caracas, pero no en el interior del país. Por ello, en los años sesenta, en el gobierno de Rómulo Betancourt, Venezuela inicia la construcción de la nueva infraestructura física de la nación que sería continuada por todos los gobiernos democráticos siguientes, como la red de carreteras y autopistas nacionales. En los cincuenta y a principios de los sesenta para viajar de Caracas a Barcelona, por ejemplo, había que ir hacia el estado Aragua, en La Encrucijada tomar la vía de los llanos hacia el sur que era una carretera de tierra, sin pavimentar, atravesar la mitad del estado Guárico aproximadamente y de allí tomar rumbo al este para empalmar con la carretera nacional que venía desde Soledad, a orillas del Orinoco, y que conducía hacia el norte, para llegar de esa manera a Barcelona. No existía, pues, lo que luego se conoció como la Carretera de la Costa que es todavía, en parte, la existente actualmente y que enlaza el estado Miranda con el estado Anzoátegui, ahora con grandes tramos de autopista. La carretera hacia el oriente del país desde Caracas llegaba hasta Guatire y desde allí eran caminos hacia Higuerote y el resto de las poblaciones del estado Miranda. Bueno, hechos similares ocurrieron a partir de los años sesenta en todo el territorio de Venezuela y puede decirse que una de las grandes obras de los gobiernos democráticos a partir de 1958 fue la integración de todo el territorio del país mediante la construcción de la gran red de carreteras y autopistas nacionales y grandes obras como el Puente sobre el Lago de Maracaibo. La salud también recibió un gran impulso y se construyeron innumerables hospitales de gran capacidad en todo el territorio nacional y otros centros de salud. Lo mismo ocurrió con la educación primaria, secundaria y técnica. La infraestructura de agua y electricidad, fundamentales para el desarrollo, recibió un gran impulso y prueba de ello es la construcción de las obras hidroeléctricas del Guri, una de las mayores del mundo.
La economía recibió un nuevo impulso y a partir de 1958 se inició la construcción de una base industrial con una política que pretendía sustituir la importación de bienes finales e intermedios a través de la instalación de industrias en el país. En 1975, en el gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez, Venezuela tomó el control de su industria petrolera y se creó Pdvsa que durante años fue una de las más importantes empresas petroleras del mundo.
Pero no todo fue color de rosa y el modelo político y económico condujo a la concentración de la inversión pública y privada en la zona central del país, en Caracas, Aragua y Carabobo específicamente, donde se ubicaron preferentemente las nuevas industrias. Ello atrajo hacia Caracas, especialmente, a millones de personas, en su mayoría campesinos que abandonaron sus tierras para buscar una oportunidad en la capital y su desarrollo industrial. La consecuencia de este fenómeno fue la creación de grandes cinturones de miseria con viviendas insalubres en los cerros que bordean Caracas fenómeno que fue creciendo sin que las autoridades hicieran nada para evitarlo y hoy en día representa uno de los más graves problemas sociales del país. Los cinturones de miseria en los cerros de Caracas pueden compararse con sus similares, las favelas de Rio de Janeiro en Brasil.
El modelo económico de los gobiernos democráticos en los 40 años entre 1958 y 1998 falló, pues, no sólo en la distribución espacial del progreso sino también en su capacidad de promover un desarrollo armónico entre clases sociales y, en consecuencia, en combatir la pobreza que afectó de manera creciente a buena parte de la población. Ello fue el caldo de cultivo donde se potenciaron los sentimientos de resentimiento y venganza de una parte de la sociedad.
La venganza se materializa en las elecciones de diciembre de 1998 con la elección de Hugo Chávez como Presidente de Venezuela, que destruye todas las bases sobre las que se había fundado la República y se atreve incluso a profanar la tumba del Libertador Simón Bolívar. De allí en adelante hasta hoy, no queda nada de lo que fue Venezuela en el pasado, sólo despojos, la economía totalmente destruida, toda la infraestructura, la moral y la ética y, además, la delincuencia sin ningún tipo de control.
4. El comportamiento colectivo de la sociedad
En todo ese largo período histórico entre los siglos 20 y 21 el comportamiento social de los ciudadanos experimentó cambios profundos. El país que yo conocí en mi niñez y adolescencia entre las décadas de los años 50 y 60 del siglo 20 era una nación con un ínfimo nivel de delincuencia, respetuosa de las tradiciones familiares.
¿Cuándo se produce el gran cambio social?
Colombia, a partir de los años 70, se convierte en el centro de la producción y distribución de droga en la América Latina, hecho que va a tener repercusión en el resto de los países del continente.
Venezuela, es una de las primeras víctimas de ese proceso. El gran cambio en aquella sociedad con un nivel ínfimo de delincuencia y respetuosa de la familia y las tradiciones comienza con la introducción de la cultura de la droga en Venezuela que da sus primeros pasos en los años 70 y crece paulatinamente hasta llegar a ser incontrolable en la actualidad. La primera muestra pública de cómo la droga había comenzado a penetrar en la llamada alta sociedad de Caracas la pone en evidencia el asesinato de un menor perteneciente a una de las familias de ese estrato social en los años 70 y de allí en adelante el fenómeno comienza a extenderse a todos los niveles sociales. Lo mismo ocurrió después en otros países de América Latina. Recuerdo haber visto una entrevista hecha recientemente al ex Presidente de Uruguay, José Mujica, quien expresó un criterio similar respecto a las causas del gran cambio social en su país.
A la transformación social provocada por el fenómeno de las drogas se une otro hecho importante: el papel de Cuba en el continente como promotora y santuario protector de la guerrilla y el delito cometido en nombre de la política, que llega a afectar a la mayoría de los países del continente.
Colombia, donde se asociaron guerrilla y narcotráfico es un claro ejemplo de las consecuencias y el impacto del poder de las drogas en la sociedad. Igual ocurre en México y en Centro América.
5. La nueva realidad social
Diversos factores contribuyeron a crear una nueva realidad social donde desaparecieron los valores tradicionales y se dio paso a nuevas actitudes colectivas. Unida a las drogas, la pobreza y el crecimiento de la marginalidad, la televisión, que degradaba el idioma, presentaba programas y novelas donde se promovía lo chabacano, lo soez y la vulgaridad, era la perfecta escuela de la nueva cultura desintegradora de la familia y las instituciones y promotora de la delincuencia.
Violar las leyes e irrespetar todo tipo de normas de comportamiento social se convirtió en la conducta normal y ordinaria de un número cada vez mayor de los ciudadanos del país y así se llegó a la anarquía total de la actualidad, donde bandas de delincuentes ejercen el control de áreas completas de la capital del país, Caracas, como la Cota 905, El Valle y Petare. Lo mismo ocurre en el interior del país donde grupos armados someten a la población y cobran protección tal como lo hacían los gangsters de Chicago en los años 20.
6. ¿Qué hacer ante ese panorama sombrío de desintegración, delincuencia y desprecio por todo tipo de normas de convivencia social?
Sólo un Plan Global que atienda la política exterior, interior, la política económica, de infraestructura y la política social podría dar respuesta a una situación de absoluto deterioro como la de Venezuela. He presentado al país una propuesta política en ese sentido a través de una nueva organización política en formación, SB Sociedad de Bienestar, cuyo Programa el lector encontrará al final de este documento. (1)
Ahora bien, lo más importante es definir una Política de Información del Estado que junto al sector privado lleve adelante un Programa de Cambio de las Actitudes Colectivas para promover el respeto a las leyes y a las normas de convivencia familiar y social, con acciones específicas para poner en relieve la honestidad como valor social, la lucha contra la usura y la especulación, la calidad de la producción, el respeto a las normas de tránsito, a la naturaleza y el medio ambiente, entre otros grandes temas. Ese Programa debe desarrollarse a través de grandes campañas educativas en los medios de comunicación y en todas las instancias del sistema educativo, es decir, como materia obligatoria una versión moderna de la formación moral y cívica que se impartía en el pasado pero que ahora, con los recursos modernos de la comunicación, debe tener un impacto mucho mayor en el comportamiento colectivo.
La Política de Información del Estado y el Programa de Cambio de las Actitudes Colectivas debe estar sustentado en una base jurídica adecuada y esta es la promulgación de una Ley de Convivencia Ciudadana en la que se establezcan las normas esenciales de la conducta social que se busca fomentar.
La sociedad venezolana es una anarquía total en todos los ordenes. Citaré, por ejemplo, un caso que vi de cerca, en el que un ciudadano haciendo caso omiso a la Ley que prohíbe la tenencia de perros de alta peligrosidad, como los perros Pitbull, paseaba libremente con sus dos perros sin cadena y sin bozal por las calles de la ciudad sin que la autoridad competente, a pesar de la denuncia de los vecinos, procediera a hacer cumplir la ley. Bueno, casos como ese y muchos otros más graves ocurren diariamente en Venezuela, como las muertes y heridas causadas por conductores irresponsables que manejan sin el debido cuidado por calles, autopistas y carreteras. De manera, pues, que una nueva legislación penal, acorde con la realidad, debe complementar esa Ley de Convivencia Ciudadana.
7. Conclusión: el desarrollo es una actitud ante la vida y no sólo riqueza material
El desarrollo de una nación se debe medir por las actitudes colectivas de sus ciudadanos, por el respeto a la vida, a la familia, a los derechos individuales y sociales y no sólo por la cantidad de bienes materiales que esa sociedad pueda producir.
Bendito sea el nombre del Señor Yavé de los ejércitos, Dios del universo.
(1) https://sbsociedaddebienestar.blogspot.com/2019/09/sb-sociedad-de-bienestar-declaracion-de_7.html
miércoles, 8 de abril de 2020
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