lunes, 23 de septiembre de 2024

Bienestar económico, empleo, subempleo y trabajo esclavo

El bienestar económico de los ciudadanos depende de su relación con la producción y de su participación en la economía formal o en la economía informal. La economía formal obedece al sistema jurídico de las naciones, la informal no. El bienestar económico es consecuencia, pues, de si el ciudadano produce o no y de la forma en que produce. Hay dos formas de producción: como empresario o como trabajador subordinado. Como empresario, el ciudadano decide la forma de producción y el beneficio a obtener. Como trabajador subordinado, el ciudadano debe aceptar el salario y condiciones que le impone quien lo emplea. Hay dos formas de empleo formal: a) El empleo formal ortodoxo, con relación de dependencia, horario establecido conforme a las leyes incluido el tiempo extra de trabajo, salario mínimo, compensación por antigüedad, seguridad social que ampara salud, desempleo temporal y pensiones de incapacidad, retiro y vejez, entre otros beneficios y b) El empleo formal heterodoxo, que hemos denominado trabajo esclavo, que aunque reconoce legalmente los derechos de los trabajadores, en la práctica, en la realidad, no los respeta. El hecho más relevante en este caso son los salarios miserables que no le permiten al trabajador satisfacer sus necesidades esenciales ni las de su familia. Es un ingreso que no guarda relación con el costo de la vida, pero los trabajadores lo aceptan porque no tienen otra alternativa en el mercado. En los países donde esta situación ocurre generalmente también la seguridad social presenta grandes fallas. La tercera categoría de trabajo es el subempleo, que es una relación informal, sin vínculo jurídico, sin contrato de trabajo, sin seguridad social y con ingresos también insignificantes para el trabajador. Esta categoría aplica también para los trabajadores por cuenta propia de la economía informal que no reciben ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades esenciales. Tanto en el caso del empleo formal heterodoxo o trabajo esclavo como en el caso del subempleo, una característica común es el trabajo en largas jornadas superiores a las ocho horas diarias y a las cuarenta horas semanales.

La conclusión es que el camino hacia el bienestar económico de los ciudadanos es la promoción de la economía formal, pero una economía que verdaderamente respete los derechos de los trabajadores. Es necesario garantizar la estabilidad en el trabajo, salario suficiente para satisfacer las necesidades de los trabajadores y su familia, seguridad social que permita el acceso a un sistema de salud eficiente y los otros beneficios inherentes a la seguridad social como las pensiones de invalidez, retiro, vejez y desempleo temporal, friccional.


sábado, 31 de agosto de 2024

 El Bienestar es posible

 

El Bienestar es posible, es el título del nuevo libro del autor Pablo Rafael González, publicado en agosto 2024 en inglés y disponible en Amazon.

Se trata de un ensayo en el que se plantea como hipótesis principal que el subempleo, es decir, el trabajo informal, sin ingreso fijo y sin las condiciones mínimas, como estabilidad, horario determinado, seguro social y la consecuente protección para las contingencias de asistencia médica, desempleo, incapacidad, jubilación, etc, constituye una de las causas principales de la pobreza y desigualdad en el mundo. El ensayo es, a su vez, una investigación documental con citas textuales y estadísticas de los organismos internacionales, que muestran cómo la mayoría de los trabajadores y las empresas a nivel mundial pertenecen a la economía informal.

El documento distingue entre el bienestar general y el bienestar económico y plantea que históricamente la cultura occidental ha intentado alcanzar el bienestar. Desde la Antigüedad, los filósofos dedicaron parte de su conocimiento al tema. Epicuro (341 a.C 270 a.C)) y Aristóteles (384 a.C 322 a.C) a través de la eudaimonía (búsqueda de la felicidad) fueron sus principales promotores. En la Edad Media también, implícitamente, la aspiración del bienestar estuvo presente a través de la obra de Santo Tomás de Aquino y su concepción del precio justo y la condena de la usura, y el trabajo de filósofos como Nicolás Oresme, considerado el fundador de la economía monetaria, quien criticó duramente la tendencia a establecer un valor nominal de las monedas, superior a su valor real, es decir, a su verdadero contenido de metal precioso.  En la Edad Moderna, con la Revolución Científica, la Ilustración, se siguen dando los pasos para la construcción de un mundo más evolucionado y los filósofos desarrollan la economía política cuyo principal objetivo era, implícitamente, la producción y el bienestar. Los pensadores mercantilistas, fisiócratas y los economistas clásicos, todos, tenían como objetivo la generación de riqueza e, implícitamente, el bienestar. El mismo propósito tenían los economistas neoclásicos. Pero allí la situación cambia y se produce una ruptura en el enfoque de la forma para alcanzar el objetivo de la producción, la riqueza y el bienestar, porque las recetas económicas que habían estado vigente durante todo el tiempo anterior demostraron su ineficacia para afrontar la nueva realidad: la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX. Allí surge un nuevo enfoque, la tesis del economista británico John Maynard Keynes, quien rompe con el pasado y propugna la tesis del fortalecimiento de la demanda a través de la inversión pública para superar el estancamiento económico y el inmenso desempleo que sufría entonces el mundo. La tesis de Keynes tuvo total éxito y ha estado vigente, con sus altibajos, desde la post guerra (1945) con períodos de cuestionamiento, como ocurrió a partir de los años ochenta cuando aparece el Neoliberalismo, auspiciado por el economista Milton Friedman y la Escuela de Chicago.

El ensayo recoge la esencia de los planteamientos de los grandes economistas sobre el tema, y especialmente del economista inglés Arthur C. Pigou, a quien le es atribuida la condición de creador de la economía del bienestar.

Después de analizar las causas que frenan el desarrollo económico, el autor concluye que una de las causas fundamentales de la pobreza y desigualdad es el trabajo informal, el subempleo, que afecta a la mayoría de los trabajadores a nivel mundial y, en consecuencia, propone un conjunto de medidas para favorecer el empleo formal en el mundo.

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miércoles, 28 de agosto de 2024

Wellbeing is possible

 


Disponible en Amazon

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