La crisis económica con sus peores efectos de escasez de alimentos
y otros productos básicos, de inflación y especulación sin control ocurre
simultáneamente a la crisis política, por eso una y otra deben considerarse
conjuntamente y no en forma separada. Lo político no está desvinculado de lo
económico y si no se atiende esto último podrían producirse serias
repercusiones sociales.
- Origen del planteamiento
La expectativa de devaluación de la moneda ha sido alimentada ex
profeso por algunos expertos desde el pasado año 2012 para satisfacer intereses
personales o de grupos económicos nacionales e internacionales, haciéndole un
inmenso daño al país, ya que los especuladores utilizan el argumento de la
devaluación para justificar el aumento de precios en la economía. El gobierno
ha guardado silencio y hasta ahora no ha dicho qué decidirá en materia
cambiaria. Pero la amenaza de devaluación está allí, presente.
Por las razones antes expresadas he considerado un deber exponer
un concepto diferente que, por lo demás, tiene una sólida base racional y
lógica; lo explico:
Ante el evidente deterioro de la capacidad de compra del bolívar
fuerte, se debe crear una nueva moneda sólida, a la par del dólar, el bolívar
oro, respaldado por dos riquezas de Venezuela que tienen un valor irrefutable:
el petróleo, que se transa en dólares y el oro, que también se transa en
dólares y que constituyen ambos –el dólar y el oro- los instrumentos de reserva
monetaria aceptados universalmente hasta ahora.
Para dar respuesta a algunas observaciones, debo decir que la
economía venezolana, por su condición de país petrolero importante, no puede
ser comparada con Argentina que, a pesar de formar parte de las primeras
economías del mundo, tiene condiciones diferentes a las de Venezuela. Los
países petroleros, en general, por su alto ingreso de divisas, son considerados
separadamente, de manera especial en todas las instancias internacionales y así
incluso lo reflejan las estadísticas internacionales.
No se puede comparar, pues, la Argentina de Domingo Cavallo con
Venezuela; Argentina sufría una hiperinflación que, Cavallo, sin embargo, logró
controlar, lo que no habían hecho ninguno de sus antecesores. Venezuela no debe copiar modelos de otros
países para desarrollarlos mecánicamente aquí
porque es un país distinto y tiene que encontrar sus propias soluciones.
La aplicación de modelos foráneos fue lo que pasó a partir de 1989 con la
imposición de las políticas del Fondo Monetario Internacional cuyas
consecuencias todos conocemos y sufrimos. La creación del bolívar oro es, pues,
una solución diferente por las condiciones especiales de Venezuela como país
petrolero.
- El bolívar oro tendría el mayor respaldo
- ¿Qué significan estas cifras?
Bueno, simplemente que Venezuela tiene las más grandes reservas de
petróleo del mundo, mayores, incluso, que las de Arabia Saudita.
Cada barril de petróleo tiene un valor promedio de 100 dólares de
los Estados Unidos; en consecuencia, podemos calcular que las reservas
petroleras venezolanas representan 297.571.000.000 x 100 = 29757100000000 U.S.
$.
A ello hay que agregar el valor de las reservas de oro: a) las
existentes como reservas internacionales y b) las que existen en el subsuelo
venezolano.
- ¿Por qué estas cifras son importantes?
La respuesta es muy simple: porque después de la Segunda Guerra
Mundial, los países acordaron en Breton Woods que el respaldo de las monedas se
efectuaría en dólares de los Estados Unidos de América. Es por esa razón que
desde entonces los bancos centrales de los países mantienen sus reservas
principalmente en U.S. dólares y complementariamente en oro. Venezuela tiene,
pues, abundancia de uno y otro recurso, en términos reales y potenciales, en
consecuencia, es un país en condiciones privilegiadas para negociar
internacionalmente y con capacidad suficiente para crear una moneda fuerte a la
par del dólar.
- ¿Obtendría Venezuela alguna ventaja de la devaluación?
Esa es la pregunta clave. Los promotores de la devaluación dicen
que ésta es inevitable por cuatro razones: a) el alto tipo de cambio en el
mercado informal d) el bajo nivel de reservas operativas del Banco Central c)
el alto nivel de importaciones y c) el déficit de las finanzas públicas. Pues
bien, ninguna de esas situaciones son corregidas por una devaluación sino que,
por el contrario, la devaluación provocaría un efecto contrario en las cuatro
variables antes mencionadas. No se resolvería el alto tipo de cambio en el
mercado informal, tampoco aumentaría el nivel de reservas líquidas, las
importaciones no disminuirían y el déficit de las finanzas públicas más bien
aumentaría, porque los trabajadores del sector público exigirían mayores
ingresos y todos los bienes y servicios que el Estado compra aumentarían
también de precio.
- Escasez y devaluación
Tampoco es cierto que si no se devalúa la moneda la escasez de
bienes aumentará. Ocurrirá todo lo contrario, es decir, si se devalúa los
empresarios necesitarán más bolívares para importar y/o pagar internamente el
precio de los bienes que compran y ello más bien acentuará la escasez. Los economistas que dicen lo contrario viven
en el mundo al revés, en el mundo del absurdo.
- No a la devaluación
El argumento de que las monedas devaluadas son las que compiten
mejor internacionalmente no es cierto. El mundo compra según su necesidad y no
sólo en base al precio más bajo. Si el precio fuese lo único determinante de la
demanda en el mercado entonces la demanda de petróleo hubiese caído
violentamente a partir del momento en que sus precios se elevaron en 1974 hasta
ahora pero no es así; el petróleo se vende a cualquier alto precio porque el
mercado lo necesita. Lo mismo ocurre con ciertos alimentos y otros productos
industriales que se venden a cualquier alto precio porque simplemente el
mercado no tiene otra opción sino comprarlos no importa su valor. Esa es la
verdad.
De manera que quienes defienden la devaluación de las monedas como
fórmula para competir en los mercados no tienen razón en toda su argumentación.
La devaluación es la tesis preferida de los débiles en el mercado, no de los
fuertes, quienes siempre pueden vender sus productos aún a los más altos
precios.
5. Conclusiones
- El gobierno debe aprender a resolver sus necesidades financieras
sin apelar a la devaluación de la moneda, ya que existen otras formas de
financiar el gasto público. El concepto de dinero inorgánico que emplean
algunos expertos para criticar la emisión de dinero es una mentira. Asegurar
que existe dinero inorgánico supone, por lógica simple, que existe su opuesto,
el dinero orgánico y esto es absurdo e ilógico, (compruébelo usted leyendo el
concepto de inorgánico en el diccionario de la Real Academia). Ahora bien, si por inorgánico los expertos
quieren decir que determinado dinero no tiene respaldo verdadero, entonces todo
el dinero que circula en el mundo es inorgánico porque no tiene valor
intrínseco ni respaldo real; esto incluye la moneda patrón, el dólar, cuyo
único respaldo es la confianza de los actores económicos que lo aceptan como
medio internacional de pago, más nada.
- Los empresarios deben aprender a competir internacionalmente y a
no pretender sacrificar al país devaluando la moneda para hacer competitivos
sus productos en los mercados internacionales.
- Una moneda fuerte, a la par del dólar, no dispararía las
importaciones; para eso está el Estado, para racionalizar las importaciones y
no permitir que se desboquen.
- Tampoco tiene por qué afectarse la cuenta de capital, las
reservas internacionales, porque se pueden establecer formulas para impedir la
compra especulativa de divisas.
- Una nueva moneda fuerte es el primer paso para el desarrollo de
una efectiva política de combate a la inflación y a la especulación.
- La solución al problema monetario y cambiario es clave para
resolver los problemas de Venezuela; un país con tantos recursos no debería
tener pobreza.
- El respaldo de la nueva moneda, el bolívar oro, a la par del
dólar, es la inmensa riqueza petrolera de Venezuela que se transa en dólares y
su inmensa riqueza aurífera que también se transa en dólares y que constituyen
los instrumentos de reserva internacionalmente aceptados hasta ahora.
- La devaluación de la moneda no generaría ningún beneficio a
Venezuela sino todo lo contrario: provocaría más inflación, más especulación y
tampoco resolvería los problemas económicos básicos: la insuficiencia de
reservas líquidas, la escasez de bienes de consumo, el aumento de las
importaciones ni el déficit fiscal.
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