Si
la Amazonia desaparece sería una catástrofe para el mundo entero porque se
deterioraría aún más el clima, aumentaría la sequía, los incendios forestales,
las emisiones de dióxido de carbono, la calidad el aire se afectaría, habría
menos lluvia, menos agua para consumo y para la agricultura y en consecuencia
menos comida, entre otras graves consecuencias; sería pues una verdadera tragedia
mundial.
Una
manera de evitar esa gran calamidad global es que los países del mundo se
pongan de acuerdo para preservar la inmensa riqueza de la Amazonia y se cree un
Estatuto Internacional supervisado por la Organización de las Naciones Unidas
para regular el uso de la Amazonia conjuntamente con los gobiernos que tienen
jurisdicción en el área. Se trataría pues de establecer normas que eviten la
destrucción y contaminación de este único e importante patrimonio de la
humanidad.
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