viernes, 14 de agosto de 2015

La prioridad de la política económica de Venezuela debe ser el problema monetario

Extracto
Si no se arregla la situación monetaria no se pueden solucionar las otras dificultades económicas y sociales.
Qué es lo más importante
Cuáles son las prioridades es lo primero que debe plantearse un político o quien pretenda dirigir un país. Digo esto porque he leído con asombro cómo algunos profesionales y aspirantes a cargos públicos abordan la actual situación de Venezuela. Hablan como si el país estuviera pasando por una de esas crisis comunes, cíclicas, que ocurren en las naciones cada cierto tiempo y, en consecuencia, proponen las recetas tradicionales para curar ese tipo de crisis. No se dan cuenta o ignoran adrede que lo que ocurre en Venezuela es algo absolutamente extraordinario, comparable sólo a los casos extremos de Alemania en los años 20 y 30 y a algunas naciones de América Latina en los 80 y 90. En efecto, la devaluación de la moneda venezolana es algo insólito: pasó de 4,30 bolívares por dólar en el año 1983 a 6,30 bolívares a la tasa controlada de ahora en el año 2015, que equivalen a  6300 bolívares de los viejos, porque en el año 2008 se le quitaron tres ceros a la moneda; pero equivalen también a 200.000 bolívares por dólar a la tasa Simadi y ni hablar de la tasa especulativa de casi 700.000 bolívares por dólar, pensando siempre a precios de la divisa antes del año 2008, pero que es la verdadera realidad, porque hoy un dólar representa, según sea el caso, 6300, 200 mil 0 700 mil bolívares de los viejos.
Camino a la hiperinflación
La tragedia es que una buena parte de los bienes y servicios que se transan en el país se venden a la tasa especulativa, pero los salarios no se pagan a esa tasa sino a la tasa controlada de 6,30 que en la realidad prácticamente no existe; cierto es que algunos productos básicos como alimentos y medicinas aún se venden al precio de la divisa regulada a 6,30 pero esos productos cada día son más escasos y a ello se deben las grandes colas que podemos observar en supermercados y farmacias. El mercado institucional, en forma natural, ha establecido una tasa de 100 bolívares por dólar, como puede apreciarse en el precio de algunos artículos como el Big Mac que se vende en aproximadamente 485 bolívares, el kilo de carne que se vende también a alrededor de 1000 bolívares, el kilo de pollo que se vende por el orden de los 800 bolívares y el kilo de queso blanco que se vende a 800 bolívares aproximadamente. Si usted divide esos precios entre 100 bolívares que sería la tasa de cambio aproximada, encontraría que ese es también, más o menos, el precio internacional de esos productos, aplicando, claro está, el principio de la Paridad del Poder Adquisitivo de las monedas. Hay otros bienes que se cotizan a la tasa especulativa máxima, como los inmuebles, los electrodomésticos, los carros usados y hasta los zapatos y la ropa importada, creando un caos económico total, porque no hay referencias estables de precios.
Resolver el problema monetario debe ser lo primero
Venezuela tiene un grave problema de producción y abastecimiento, ya que  todos los bienes agrícolas, industriales y la mayoría de los servicios han disminuido su producción intensamente. Tiene, además, un serio problema financiero debido a la disminución del precio del petróleo y al peso que representa la deuda externa. Todos esos problemas deben ser abordados simultáneamente. Pero el problema principal, el que determina todos los demás problemas, es la cuestión monetaria, la relación del bolívar con el dólar. Si no se resuelve el problema monetario primero, no se podrían resolver ninguno de los otros graves problemas económicos del país. Lo primero es lo primero. De la misma manera que la semana comienza por el lunes y no por el miércoles.
Cometen, pues, un error quienes, sin sentido de las prioridades, abordan la situación venezolana actual como si fuese una crisis más, una de las crisis tradicionales que se resolvería con las medidas tradicionales que dice el manual, las mismas medidas que le aplican hoy a países como Grecia, España, Italia y Portugal que, por cierto, en vez de encontrar soluciones a sus dificultades económicas y sociales las han agravado todas. Por lo tanto es necesario advertir que la solución para Venezuela no está en la aplicación de un programa económico de ajuste ortodoxo, neoliberal.
Una solución autóctona
Hay que construir una solución para Venezuela, adaptada a la necesidad de Venezuela. Pienso que la prioridad es el problema monetario y, junto a él, el problema del abastecimiento. El problema monetario comprende tres aspectos esenciales: a) la relación con el dólar, b) los precios en su conjunto y c) los salarios en su conjunto. Para atender el primer aspecto, la relación con el dólar, he planteado la creación de una nueva moneda, el Bolívar Oro, a la par del dólar. Todo lo demás viene después. Por ejemplo, hay que corregir el modelo de producción agrícola e industrial para hacerlo más eficiente y menos dependiente de la tecnología e insumos foráneos. Ese es uno de los mayores retos futuros a la capacidad creativa de los venezolanos. Hay que establecer límites y detener el endeudamiento externo. En fin, establecer las prioridades, ya que de lo contrario se estaría incurriendo de nuevo en el gran error que ha caracterizado a la política venezolana: la improvisación y la falta de una concepción de política económica y social de largo plazo para atender los intereses superiores del país.
A continuación presento los enlaces a algunos ensayos en los que se plantea la situación global y la de Venezuela en particular:
Por qué es necesario construir un nuevo modelo político y económico
Cuando los países entran en hiperinflación la única solución es crear una nueva moneda o dolarizar
100 bolívares por dólar sería la tasa de cambio si se aplica en Venezuela el Índice Big Mac
20 ensayos sobre la crisis de la economía venezolana y su solución
La historia del libro Apreciación Crítica de la Política Monetaria, El Bolívar Oro
Una solución al problema económico es crear el Bolívar Oro y permitir el libre uso del dólar como moneda alterna

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