domingo, 25 de noviembre de 2018

El gran reto para el Fondo Monetario Internacional es construir un nuevo Programa de Ajuste Estructural que sea verdaderamente útil a los países


Los países que tienen problemas financieros por falta de divisas para atender sus necesidades y con dificultades para acceder al sistema financiero privado internacional se ven obligados a recurrir al Fondo Monetario Internacional para obtener recursos.
El Fondo impone un conjunto de condiciones conocidas como Programas de Ajuste Estructural, cuyo principal objetivo es el ahorro o la limitación del gasto para supuestamente sanear las economías de los países. Se considera que el déficit de las finanzas públicas debido gastos improductivos o sobredimensionados es el principal responsable de la inflación y de la recesión o estancamiento de la producción y el consumo en las economías y es, por lo tanto, el gran enemigo a vencer. El objetivo implícito en esa limitación del gasto es el lograr el equilibrio o superávit entre ingresos y gastos y, en peor de los casos, alcanzar una tasa moderada de déficit fiscal no superior al 2% del PIB.
Para derrotar el déficit fiscal se prescriben una serie de medicinas, entre ellas reducir el gasto público en todo lo que sea transferencias directas a la población como pensiones, becas, ayudas sociales y reducir también los servicios públicos de alto costo como los de salud y educación para lo cual se pasa parte de ellos al sector privado, es decir, se privatizan parte de los servicios de salud y educación. La mismo se hace respecto a otros servicios públicos y empresas públicas que no generen ganancias. El Programa de Ajuste contempla también el supuesto equilibrio del sector financiero de los países para lo cual imponen tasas de interés positivas, o sea, superiores al nivel de inflación, la liberalización del comercio, es decir, de cualquier restricción a las importaciones y exportaciones, la eliminación de los subsidios y de todo tipo de controles de precios en la economía.
Los Programas de Ajuste Estructural supuestamente buscan el bienestar de los países pero en la realidad generan resultados totalmente opuestos: devaluación de las monedas, menos producción, menos consumo, más desempleo, inflación, más pobreza en los sectores más débiles de la población que reciben menos pensiones, menos salud, menos educación y el encarecimiento del crédito debido al aumento de las tasas de interés, entre otros graves problemas.
España, Italia, Portugal y Grecia han sido los países de Europa en los que se han aplicado programas de ajuste en los últimos años. En los años 90 del siglo 20 se desarrollaron esos programas en la América Latina y como consecuencia de ello surgieron gobiernos de extrema izquierda en 10 países del Continente: Argentina con Kirchner, Brasil con Lula, Bolivia con Morales, Ecuador con Correa, Paraguay, Uruguay, Honduras, El Salvador y Venezuela con Chávez y se fortaleció la izquierda en México ganando López Obrador en México este año 2018.
El gran reto para el Fondo Monetario Internacional es construir un nuevo Programa de Ajuste Estructural que sea verdaderamente útil a los países y permita el equilibrio financiero mundial.
IMF-Supported Programs


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